Francisco J. Martínez

CARTA DEL DIRECTOR

Francisco J. Martínez


Sindicalismo

23/03/2025

El área sindical tuvo mucho trajín en esta última semana, porque la actualidad es así de caprichosa e imprevisible. El acontecimiento sindical más relevante fue la sucesión al frente de la Secretaría Provincial de CCOO. Tras ocho años, Carmen Juste daba el relevo a Paco Gómez, una sucesión continuista, ya que el nuevo líder de Comisiones en Albacete ya formaba parte del equipo de su antecesora. El mayor legado que deja Carmen Juste es el de la paz social, lo que proporciona estabilidad tanto para los trabajadores como para los empresarios. Ahora tendrá otras labores en el ámbito regional, lo que quiere decir que se va con el trabajo bien hecho. Su despedida seguro que fue un tanto agridulce, porque horas después fallecía Juan Antonio Mata, un dirigente sindical, también de CCOO, a la antigua usanza que se fajó en una España que caminaba hacia la democracia y donde los derechos de los trabajadores en muchos casos eran una utopía. Él fue uno de los responsables del logro de muchos avances sindicales de los que disfrutan hoy en día miles de trabajadores en la provincia. Es su legado vital.
Pero los sindicatos siguen con su función. Daher vive una situación delicada después de que el hub logístico de Airbus no acaba de arrancar. Supuestamente, la constructora realiza en estos momentos mejoras en la cubierta de las dependencias, pero, de momento, tampoco tiene la licencia de actividad, por lo que el proyecto no entra en funcionamiento. En medio de la situación se encuentran los trabajadores. En principio, se presentó un ERE para 45 empleados, pero las negociaciones sindicales hicieron que esa cifra descendiera hasta los 26 y que los despedidos entren en una bolsa de trabajo, donde gozarán de preferencia cuando se inicie la actividad. Ésa es la verdadera función del sindicalismo, la defensa de los trabajadores y por la que lucharon y luchan personas como Juan Antonio Mata, Carmen Juste o Paco Gómez y no otras ambiciones políticas y económicas, que para nada son legítimas.