A primeros de mayo la República Federal Alemana tendrá un nuevo Gobierno. Estará formado por la coalición de conservadores y socialdemócratas alcanzada tras las negociaciones que se iniciaron en función de los resultados de las elecciones celebradas el pasado 23 de febrero. Friederich Merz, cabeza de la CDU (Unión Demócrata Cristiana) y Lars Klingbeil, nuevo líder del SPD (Partido Socialdemócrata), será el vicecanciller y ministro de Finanzas. El reparto de carteras describe los lógicos equilibrios que aparejan este tipo de coaliciones. Entre otros, la CDU, vencedora de los comicios, asumirá los que en España llamamos "ministerios de Estado"-Asuntos Exteriores, Interior y Economía. En el reparto, Finanzas y Justicia serán gestionados por los socialdemócratas que salieron de los comicios como la tercera fuerza.
El resto de carteras se acomodarán a la lógica del pacto reconociendo la preeminencia de la CDU, el partido democristiano afín y socio del PP español en el Parlamento Europeo. Siguen negociando la agenda en materia de impuestos, el futuro de las pensiones y el rumbo de la política migratoria piedra de toque que fue durante la campaña electoral ante la expectativa (en gran parte cumplida) del auge de la extrema derecha xenófoba. Anuncian más rigor en el control de fronteras y una política activa de deportaciones a Siria y Afganistán pero manteniendo el derecho de asilo.
Donde parece que han avanzado en el diseño de la nueva política es en materia de defensa y seguridad, un acontecimiento de amplias resonancias dada la historia del país y las restricciones impuestas por los vencedores tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial. La invasión rusa de Ucrania les pilla muy de cerca y más aún las dudas instaladas por Trump acerca del futuro papel de la OTAN en Europa. Por su propia naturaleza un gobierno de coalición nace enmarcado en un principio que debería ser regla de oro de la política: ofrecer soluciones a los problemas reales del país primando por encima de legítimos intereses de partido el valor de lo que une a una sociedad y rechaza lo que la polariza y enfrenta. Voluntad para partir las diferencias y avanzar en bien del común en bien del país.
En la República Federal tienen ya una larga y fructífera tradición de pactos y gobiernos de coalición. Visto el panorama español no nos vendría mal que Pedro Sánchez que se diera una vuelta por Alemania.