Como paradoja significa lo contrario a la opinión común, y es sinónimo de contradicción de no lógico, de a o in-consecuente, te das cuenta que la vida actual que vivimos está llena de paradojas.
Nos dice el Doctor Ponce que «bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado, reímos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiada televisión y oramos muy rara vez».
Y lleva toda la razón. Yo me he dado cuenta –y eso que sigo estando demasiado absorto en mi condición egoísta de escribir, gestionar y provocar-, que hemos aumentado nuestros egoísmos, deseos de grandeza, vivir el carpe die y hemos reducido –y mucho- nuestros valores. Yo creo que hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente.
Está claro que todos, o casi todos, nos han enseñado y lo hemos aprendido, y muy bien, a ganarnos la vida, pero no hemos aprendido a vivir, y seguimos añadiendo años a nuestra vidas y no vida a nuestros años, que sería lo ideal. Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello, mejores.
Por eso, esta es la paradoja de la vida.
Y de esa manera, volvería a las palabras del Doctor Ponce cuando nos dice que: «Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma. Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos más pero aprendemos menos. Planeamos más pero logramos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos».
Y nos hemos dado cuenta que hay demasiado "postureo" en estos tiempos, y aunque verdaderamente haya más ingresos en la familia, normalmente trabajan los dos miembros de la pareja, hay también más divorcios, porque cierto es que hay casas más lujosas y sin embargo, hay más hogares rotos. Por eso se dice que son tiempos en los que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega. Seguimos con las paradojas constantes de una vida moderna, como es la nuestra.
Todo el mundo quiere ganar más y más, pero luego las relaciones humanas son demasiado superficiales. Vemos muchos hombres y mujeres de gran talla, pero de corto carácter, por eso son tiempos de comida rápida y digestión lenta.
Quisiera acabar con tres consejos para aplicármelos, primero a mí y luego aconsejarlos a los demás:
1. Acuérdate de cogerte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo.
2. Utiliza mucho de tu tiempo para amar y conversar, compartiendo las más preciadas ideas.
3. Y recuerda que la vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.