Quirónsalud 'Plaza Lodares' en Albacete dispone de un tratamiento revolucionario para mejorar la calidad de la piel a través de la tecnología 'Potenza', la radiofrecuencia de última generación con microagujas, que es actualmente una de las técnicas más avanzadas para la mejora de la calidad de la piel y la renovación celular facial y corporal, según han destacado Monserrat García Bello y Alejandra Jara, doctoras de la Unidad de Medicina Estética del citado centro sanitario albacetense.
Han añadido también que es un tratamiento mínimamente invasivo, que consiste en crear microperforaciones en la epidermis y liberar energía de radiofrecuencia al objeto de estimular la formación de nuevas fibras de colágeno y elastina en las capas más profundas de la piel.
La mejoría que produce en la calidad y el estado de los tejidos se realiza mediante la inducción de calor en la piel para estimular la citada producción de nuevo colágeno y elastina, sustancias que se van perdiendo con la edad y que están implicadas directamente en la calidad y firmeza de la piel. Se aprovechan los mecanismos de regeneración de los tejidos que se activan con las microagujas, para atenuar la flacidez facial y corporal de manera evidente.
Entre las ventajas de la radiofrecuencia con microagujas destaca la de ser una técnica muy segura y eficaz, que tiene efectos progresivos. "Es una tecnología consolidada debido a su efecto rejuvenecedor y a su forma de actuar no invasiva en el cuidado integral de la piel facial y corporal", afirman las doctoras Alejandra Jara y Monserrat García Bello, de centro Quirónsalud 'Plaza de Lodares', situado en la calle Octavio Cuartero número 3 que ofrece en exclusiva esta técnica en la provincia para conseguir un efecto antienvejecimiento total desde el interior, además de generar de factores de crecimiento para el remodelado de la piel.
Este tratamiento se utiliza en el acné y en sus cicatrices, así como en las cicatrices quirúrgicas, y para el rejuvenecimiento facial, la reducción y eliminación de estrías, realizándose los tratamientos ajustados a las necesidades específicas de cada paciente en cualquier parte del cuerpo y estación del año, incluso en los meses de verano.
Las zonas de tratamiento habituales son el rostro completo (frente, patas de gallo, parte superior de las mejillas, parte inferior de los ojos, mejillas, nariz, labio superior e inferior, mentón, línea de la mandíbula), cuello, escote, manos, cara interna de los brazos, codos, abdomen, y cara interna de los muslos, entre otras. Se recomienda un tratamiento de tres a cinco sesiones separadas de cuatro a seis semanas para alcanzar los objetivos previstos. Unos días después de la primera sesión ya se nota una piel más tonificada con resultados que mejoran los meses posteriores al tratamiento, afirman las doctoras.