La quinta de abono, segundo novillada del ciclo, tuvo el triunfo de Víctor Hernández y José Fernando Molina, que abrieron la puerta grande, pero con distinto calibre, y acompñados por el mayoral de Montealto. Más chica la del madrileño, que cortó una oreja de cada uno de sus enemigos, la segunda tras una petición que no era mayoritaria. Más justa la de Molina, autor de lo mejor de la tarde en el festejo con el que se llegó al ecuador del abono, sobre todo con el quinto de la tarde, al que desorejó tras una gran faena, llena de temple, hondura y mando.
Álvaro Alarcón, con el lote menos potable, sobre todo el que hizo sexto, se fue de vacío en una tarde en la que apareció, de forma leve, la lluvia en el inicio del festejo.
La plaza registró un tercio de entrada.