El rescate del espeleólogo en Riópar duró casi 20 horas

E.F.
-

Efectivos del Grupo de Rescate Especial e Intervención en Montaña de la Guardia Civil y del Sepei localizaron al deportista accidentado en un área situada a 28 metros de profundidad donde hubo que hacer microvoladuras para despejar el camino

Efectivos del Grupo de Rescate Especial e Intervención en Montaña (Greim) consiguieron ayer rescatar el cuerpo del espeleólogo fallecido  tras sufrir una caída de más de 20 metros mientras intentaba acceder al complejo subterráneo de la Cueva de los Chorros a través de la sima conocida como Espeleuka.

Para poder sacar el cuerpo, hicieron falta 20 horas de trabajo -desde el mediodía del miércoles hasta las ocho de la mañana de ayer- y la intervención de más de medio centenar de especialistas en rescates subterráneos, en su mayor parte de la Benemérita y del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios (Sepei) de la Diputación.

La parte más delicada de la operación de rescate del cuerpo corrió a cargo de los guardias civiles bajo el mando del teniente Rubén Santos, quien explicaba ayer que «la mayor dificultad eran varios pasos muy estrechos, por lo que era imposible pasar la camilla».

La operación, señaló, requiere de varios pasos muy meticulosos para garantizar la seguridad de los propios integrantes del equipo de rescate. Primero, hay asegurar el descenso con anclajes y cuerdas; una vez hecho, comienza lo más delicado: las microvoladuras.

«En la operación, no solo intervinieron efectivos del Servicio de Montaña de Granada, Valencia y Mallorca», indica el oficial, «sino también artificieros de Granada y Murcia, para abrir los pasos en zonas cuya profundidad oscilaba entre los 20 y los 45 metros».

El proceso de estas microvoladuras es, en sí mismo, muy complejo. Hay que asegurar la zona, preparar las cargas, detonarlas y, una vez detonadas, hay que dar un tiempo para que el aire se despeje en un espacio tan cerrado como es una sima subterránea.

ni un solo paso. «Es un proceso lento en el que no te puedes saltar ni un solo paso; si tienes que hacer varias microvoladuras, como fue el caso, es normal que un rescate como éste dure muchas horas», detalló el teniente al mando del operativo desplegado en Riópar.

En cuanto al rápido despliegue de la Benemérita, el teniente Santos explicaba que «se dio una casualidad; más o menos por estas fechas teníamos todo dispuesto para hacer un gran simulacro de un accidente dentro de una cueva; por desgracia, lo que iba a ser un entrenamiento se hizo realidad».

Por parte de la Guardia Civil, también intervinieron en el operativo efectivos de la Policía Judicial  responsables de la investigación de lo ocurrido. También intervinieron 20 efectivos del Sepei, cuyo jefe daba cuenta de las complicaciones del entorno en el que tuvieron que moverse los rescatadores.

(Más información en la edición impresa o en la APP https://latribunadealbacete.promecal.es)