"La verdad es que nunca pinto del natural"

A. Díaz.
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José Enguídanos regresa, después de unos años, al Museo Municipal de Albacete, donde mostrará sus últimos trabajos. Se trata de 'Paisaje mental de lo insólito', muestra que se inaugura el miércoles y que se podrá visitar hasta el 21 de abril

Imagen del pintor José Enguídanos. - Foto: Víctor Fernández

José Enguídanos inaugura el miércoles, en el Museo Municipal, su exposición Paisaje mental de lo insólito. El pintor comentó a La Tribuna de Albacete distintos aspectos de esta muestra, que se podrá visitar en ese espacio hasta el 21 de abril.  

¿Por qué Paisaje mental de lo insólito como título?

Es un juego sobre el Bosco que yo me plenteé hace dos años y medio. Es traerme a un pintor de la Edad Media tardía al siglo XXI. El título, lo insólito, porque en el siglo XV el término surrealista no existía. Qué es lo que pintaba el Bosco, paisajes mentales, espirituales, oníricos y eso, al fin y al cabo es el surrealismo. Entonces el Bosco es el primer pintor surrealista que existe en la historia del arte. Mi diálogo es con él, desde la distancia de los siglos, es transversal, ya que del siglo XXI me voy al XV y hablo con él, extraigo personajes suyos y me los traigo al siglo XXI.  

¿Con su carga simbólica?

Yo le quito esa carga simbólica, esotérica, religiosa, que tiene sentido en su época y me lo traigo a otro sentido actual, donde eso ya ha desaparecido. Tiene carga espiritual, pero es distinta, es como jugar a mi juego, pero lo hago con sus piezas, ese es el diálogo. Hablamos de insólito porque en esa época, esos paisajes no podían llamarse surrealistas, porque no existía el surrealismo como término, es insólito, onírico, es el primer artista que pinta ese tipo de paisaje que no es realidad, que lo lleva a otro mundo. 

¿Por qué se fijó en el Bosco?

Hay una conexión surrealista. La verdad es que nunca pinto del natural, para mí el paisaje es siempre es una elaboración mental y simbólica. Entonces su trabajo parte de ahí también y por eso me fije en él. El Bosco es especial, es un pintor misterioso y te diría que las interpretaciones que se han hecho sobre sus simbologías, sobre los elementos que utiliza, varían muchísimo. Hay un misterio, los significados se han perdido, entonces nos queda la imagen y el misterio y a mí lo que me interesa es el misterio. Sigo desarrollando ese misterio, pero a nivel contemporáneo.  

Los resultados se pueden ver a partir de la inauguración en el Museo Municipal.

Claro. Yo, como ejemplo, a nivel plástico, incorporo elementos que él en su época tampoco conocía. El esfumato es italiano, el  dripping es del arte contemporáneo, el gesto, la pincelada gestual viene de la abstracción del siglo XX. Yo voy incorporando plásticamente la herencia del arte que nos separa. Él, por ejemplo, es plano, yo soy atmosférico, incorporo el aire, entonces, el Bosco me aporta personajes, elementos, y yo lo meto en un espacio con aire, que se hace a través de la pintura, que luego inventaría Leonardo, con el esfumato. Ese es el juego.  

¿Más de dos años de trabajo?

Sí, unos dos años y medio y es curioso, este verano tenía ya la exposición pintada para llevarla a Madrid Abierto, que es cuando se inicia la temporada en todas las galerías, y llevé esta exposición. También en esa época hubo un grupo de pintores de Albacete que me comentó que estaban planteándose hacer una colectiva sobre el Bosco, que yo tenía ya hecha y no participo en la colectiva.  

Es curioso. 

Sí, para mí el arte es un reto y un juego, que es lo que me motiva a seguir trabajando.  He desacralizado a el Bosco de alguna manera, pero eso no quiere decir que lo que estoy haciendo no sea espiritual, porque también lo es, pero es otra espiritualidad, porque cuando trabajo lo hago en el aquí y ahora. Ahí trabaja la conciencia del alma y el alma es Dios, trabajo en el ahora y el alma siempre está en el ahora, hay una transmisión espiritual en mi obra en ese aspecto.   

¿Cómo funcionó en Madrid?

Muy bien. Pasó mucha gente y uno de mis cuadros de esa exposición ha salido ahora en la Feria de Arte de Madrid, en la Guía del Ocio, casualmente, pero ese cuadro no está en la feria, se vendió.  

¿Añadió obra para la muestra en el Museo de Albacete?

Sí, serán casi 60 obras, en la parte de abajo del museo. También juego con distintos formatos, pequeños, 20x20, hasta dos metros. Están los relatos cortos, el cuento y la novela. He tenido que completar, claro, porque yo pinto todos los días. Sigo con el Bosco pero también marco un camino de salida, para terminar. Pepe Enguídanos, después de ese diálogo con el Bosco, va a otro terreno.  

¿Qué terreno será?

Será un terreno, a lo mejor, menos anecdótico, más pictórico y más espiritual. La experiencia de el Bosco, me sirvió como concepto, como motivo de trabajo, pero eso tiene un límite y vuelvo a mi terreno. 

¿Quería traer ahora esta exposición a su ciudad?

Por supuesto, me planteo los temas y luego darle salida comercial y visual. Tenía pensada la exposición de Madrid, al mismo tiempo salió una colectiva en Fráncfort, Criaturas fantásticas, a la que aporté seis obras, y con el Ayuntamiento de Albacete cerré la exposición, porque quería traer a mi tierra esa propuesta de Madrid. Tras Albacete, irá a Castellón. Hay obras vendidas, pero he acordado con los compradores seguir mostrándolas, para terminar de desarrollar el proyecto y las exposiciones. Así que en mayo irá a Castellón a La Nit de l'Art.  Esa es la programación, con una muestra unitaria, que tiene un concepto.