Romancero (Prime Video) es una historia de terror sobrenatural basada en las tradiciones y cultura españolas, con la que debuta en la ficción televisiva Tomás Peña, que hasta ahora ha dirigido vídeos musicales de artistas como Katy Perry, Rosalía, Rauw Alejandro, C.Tangana o Bad Gyal.
Escrita por Fernando Navarro (responsable de Verónica o Venus), el director de esta historia, miembro del colectivo Manson, asegura que pretende dar «una perspectiva nueva al audiovisual español y al género de terror» con una serie ya rodada pero aún sin fecha de estreno.
Los creadores se inspiraron en el cómic, la literatura gótica, los relatos de brujas, fantasmas y criaturas, la poesía de Federico García Lorca o el esoterismo para crear esta ficción.
La acción de Romancero se sitúa en una sola noche «de pesadilla» en la que el paisaje de un Sur «desértico y cruel», tan real como mítico, se funde con «demonios, brujas y bebedores de sangre».
La ficción, que contará con seis capítulos de media hora, cuenta la historia de Cornelia (Elena Matic), una niña a la que han robado la infancia, y Jordán (Sasha Cócola), que no es un niño ni tampoco un hombre. Estos dos jóvenes desamparados escapan de las fuerzas de la ley, de poderosas criaturas sobrenaturales y de sí mismos.
«Jordán es un chaval que ha nacido un poco perdido y no encaja en el sitio en el que está, se ve atrapado en un mundo violento del que quiere escapar. Vive en una barriada marginal en el sur de España y anda con malas compañías. Le gustaría dejarlo todo atrás. Solo quiere que le quieran y se aferraría a cualquiera que le mostrara un ápice de amor», apunta Cócola en una pausa del rodaje en Madrid.
Por su parte, Matic, actriz de origen serbio que debuta en España con esta producción, señala que su personaje es una niña «tímida y desconfiada» que vive en un campamento junto a otros desamparados. Solo confiará en Tábata (Alba Flores), una misteriosa mujer dispuesta a regalarle una nueva vida, y una nueva vida en libertad, pero que a su vez «será una condena», incide.
Belén Cuesta, quien se mete en la piel de Carmen, madre de Jordán, aplaude el «maravilloso» guion creado por Navarro. «Da gusto cuando te llegan proyectos como este porque está todo muy bien hilado. Además, se cuenta la realidad de una manera metafórica que de verdad da miedo. Tiene una parte de fantasía que se mezcla con el trasfondo social que es muy fuerte», detalla.
Escenas muy fuertes
En este sentido, Ricardo Gómez, quien interpreta a Sorroche, un Guardia Civil que ejerce la violencia contra los más desfavorecidos, añade que las escenas que más le costó rodar fueron las de Almería. «Hubo escenas muy fuertes de rodar porque las hicimos con inmigrantes y gente autóctona, y tenían que representar tramas que ellos viven diariamente, en las que los agentes de la ley les maltratan. Fue muy incómodo y muy sensible», recuerda.
La serie que produce 100 Balas (The Mediapro Studio) se ha grabado principalmente en Almería, en municipios como El Ejido, Níjar y Tabernas, donde desiertos, cortijos, puentes, acequias, solitarias carreteras secundarias y edificaciones en ruinas han servido de escenario. En Madrid se usaron escenarios como la cementera Portland Valderrivas, además de cuatro estudios con una superficie de más de 4.000 metros cuadrados, donde se han recreado escenarios como el interior de una decadente comisaría o una acequia a tamaño real.
«Estoy muy orgulloso de lo que hemos creado y de cómo ha quedado la serie. He rodado cosas que jamás me hubiera imaginado que haría», confiesa Peña.