Editorial

Bombas

Jesús Fuentes
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Desde la llegada del PP al Ayuntamiento de Toledo su alcalde, primero, los concejales después, están llenado de minas de calibres diverso el suelo de Toledo. Es verdad que muchas de esas bombas son de fogueo. Es decir, humo, aire, palabras para rellenar huecos vacíos de la gestión municipal. Pero algunas de esas minas esconden un potencial destructivo del tejido urbano y patrimonial impredecible. Una de esas bombas de alcance aún no calibrado es la de construir un aparcamiento de 790 plazas en el talud de la Vega, lindando con la calle Diputación. Que visto sobre el proyecto se presenta como un espacio ideal, plagado de verde repintado para tapar la obscenidad del hormigón. Como es habitual la excusa son los toledanos que podrán disponer de esas plazas, nadie explica a qué precio. Como nadie explicó en su momento las concesiones a empresas privadas para explotación de los aparcamientos que se habían construido y quitar así los automóviles del centro histórico. Eso obliga a un somero recorrido por la construcción de estas estructuras por las que el PP parece sentir una insidiosa predilección.

Hubo un tiempo en Toledo en el que sus dirigentes y ciudadanos más conspicuos soñaron con un centro histórico libre de coches. No estarían, como entonces y en la actualidad, inundando las románticas calles y las escasas plazas de la ciudad. Y así se concibieron aparcamientos subterráneos en el centro de la ciudad y otros cercanos a escaleras mecánicas que facilitaran el acceso peatonal al centro histórico. Un proyecto tan maravilloso se frustró cuando se cambió la naturaleza y los objetivos de estas estructuras. Y se hizo de manera muy sencilla: se concede la explotación de los aparcamientos a empresas privadas. La cual significa negocio, beneficio y se arrumba al baúl de los sueños frustrados un Centro histórico sin coches. Cubierto el centro histórico, sucesivos gobiernos del PP pusieron su atención en aparcamientos en barrios no históricos que los vecinos utilizan escasamente. Cuando gobierna el PP manifiesta una especial querencia por los aparcamientos en el subsuelo de Toledo. Y aquí se inscribiría el anunciado el día 23 de diciembre en los taludes de la Vega. ¿Alguien habla de impactos ambientales? ¿Alguien habla de tensiones ilimitadas para los vecinos de la zona? ¿Alguien plantea la conveniencia o inconveniencia de este aparcamiento en un parque verde cuya inversión de salida se fija en 15 millones, como se podrían haber consignado 25 o 30. Tal vez en las cantidades que se manejan en este tipo de obras se encuentren las adictivas querencias del PP por los aparcamientos subterráneos, ahora, en un barrio de Toledo.