La Diócesis de Albacete tiene un Colegio. Pero en esta ocasión no os queremos hablar de nuevas tecnologías ni de competencias académicas. El Colegio atiende a niños de tres a 18 años, lo hace en un barrio humilde y, hoy comparten con nosotros cual es el corazón del Colegio Diocesano.
Al final del curso pasado, nuestro obispo, Ángel Fernández, bendijo y consagró el oratorio del Colegio, convirtiéndolo en el «Corazón del Colegio». Declaró que este espacio es donde profesores y alumnos pueden encontrar paz y escuchar el mensaje que Jesús desea transmitirnos.
La misión del Oratorio es ser una experiencia de encuentro con Dios a través de la Palabra. Escuchar y guardar la Palabra, en la mente y en el corazón, para descubrir con alegría la misión a la que todos estamos llamados, cual es el sentido de mi vida.
Jesús nos dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis; porque de los que son como éstos es el Reino de Dios» (Mc 10,14). La comunidad educativa del centro se esfuerza cada día por acercar a los niños a la fuente, que es la Palabra de Dios, para que ellos puedan beber y saciar la sed de verdad que llevan inscrita en su corazón y, así conociendo a Jesús se animen seguir sus pasos.
Encuentro íntimo con Jesús.
Una vez al mes, durante la clase de Religión los alumnos salen de su aula al oratorio, acompañados por el capellán del Colegio Juan Manuel Sánchez. Con él comparten este rato de encuentro e interiorización. Momento donde tienen la oportunidad de pararse a pensar, meditar y profundizar en su crecimiento personal y espiritual. Cada grupo a su nivel, va siendo guiado en este camino de interiorización y encuentro íntimo con Jesucristo. Los miembros del Colegio están convencidos de que los niños son capaces de entrar en relación directa con el Misterio. Con el oratorio, quieren comunicar, a su alumnado, lo que da sentido a nuestras vidas: Jesús y su Evangelio. Para que ellos sean semillas del Reino de Dios en sus familias, para que la Buena Noticia de esperanza ante un mundo cada vez más deshumanizado.
Toda la comunidad educativa del Colegio Diocesano se siente bendecida por tener el oratorio, por poder pasar unos minutos cada día para escuchar, agradecer y, compartir con Jesús nuestras preocupaciones, necesidades y alegrías.
El compromiso evangélico va de la mano con el compromiso académico, poder ofrecer a los mejores profesionales, instalaciones y calidad educativa, pero por encima de todo acoger, cuidar y formar hombres y mujeres para el mañana.