Se llama fentanilo, es un fármaco (en concreto un opioide para tratamientos de dolor) y puede generar mucha adicción. En Estados Unidos se está convirtiendo en un verdadero problema de salud, donde se calcula que cada semana fallecen alrededor de mil personas de sobredosis. Las alarmas han llegado también a España y Castilla-La Mancha, donde se aprecia un incremento de casos de adicción al fentanilo, aunque todavía muy lejos de los niveles del país norteamericano.

En el Plan regional de Adicciones de Castilla-La Mancha, que se aprobó en 2022, ya se advertía de un incremento «muy importante» del consumo de estos analgésicos de prescripción médica para el tratamiento del dolor. En España, por ejemplo, hubo 19 fallecimientos por esta droga en 2019. 

En el Sescam se están preparando para detectar estos casos al margen de los que se prescriben como tratamiento médico. En una respuesta por escrito en el boletín de las Cortes, el Gobierno avanza que las unidades de Conductas Adictivas de los centros sanitarios «están atentas a los posibles consumos de fentanilo por personas con adicción a otras drogas que pueden estar consumiendo esta sustancia sin ser conscientes de ello». Ponen como ejemplo que se podía estar dando el consumo de cocaína mezclada con fentanilo.

Por eso, en el Sescam ha adquirido para todas estas unidades «placas reactivas de detección rápida de fentanilo en orina». El objetivo es «detectar lo antes posible la presencia de esta sustancia y adaptar, si fuera necesario, los tratamientos a la nueva situación». 

Vox traslada esta preocupación a las Cortes. La Junta ha contestado así a una pregunta por escrito que registraron los cuatro diputados de Vox y que se publicó el 20 de noviembre en el boletín de las Cortes. Querían saber qué medidas tenía previsto impulsar el Gobierno regional, en el ámbito de sus competencias, para reducir el número de adictos al fentanilo en Castilla-La Mancha. 

Vox hizo esta pregunta a partir de un reportaje publicado por La Tribuna sobre el número de personas que habían pasado por la unidad del Hospital de Toledo desde 2014, alcanzado la cifra de 60. 

12 tratamientos iniciados como droga principal en 2022. El Gobierno regional contestó a Vox en el boletín del pasado 9 de enero. Precisaron que en toda Castilla-La Mancha y remitiéndose a datos de 2022, se tuvieron que iniciar 12 tratamientos en Castilla-La Mancha por esta sustancia como droga principal. Eso supone un 0,44 por ciento del total de tratamientos iniciados por adicciones en un año completo en la región.

Vox también preguntó por las medidas que tenía previsto implantar el Gobierno para regular un posible mal uso de esta sustancia en el ámbito sanitario.  Ya en 2022 el Gobierno inició un programa de revisión de los pacientes de mayor riesgo. Se monitorizaron a pacientes no oncológicos, que utilizan de forma crónica opioides mayores, o que utilizan formulaciones de efecto ultrarrápido de fentanilo.

Sanidad revisa desde hace dos años los tratamientos médicos

El programa de revisiones de los tratamientos con opioides y fentanilo está dando sus frutos en la región. En 2022 se procedió a la revisión de 7.633 pacientes no oncológicos con tratamiento crónico con opioides de más de dos años de duración y a la revisión de 401 pacientes no oncológicos en tratamiento con fentanilo ultrarrápido.

Rápidamente el programa ha ofrecido algunos resultados positivos, tal y como detalla el Gobierno.Por ejemplo, el 25 por ciento de los pacientes crónicos redujeron la dosis de opioide o suspendieron su tratamiento. También se disminuyó por primera vez en los últimos años el número total de pacientes crónicos tratados con opioides mayores. En el caso concreto del fentanilo ultrarrápido, el 38 por ciento de los pacientes no oncológicos dejaron de utilizarlo.

El Gobierno avanza que también durante el año pasado se mantuvo este programa de revisión en todas las gerencias asistenciales del Sescam. Además se ha iniciado un proyecto de protocolos integrados en la historia clínica con el objetivo de que sea una ayuda a la prescripción y alertas. Se prevén activar estos nuevos protocolos este 2024.