Editorial

El nuevo escenario que se abre a la derecha tras una intensa semana

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La lucha por el voto radical de derechas se ha acerado en el último mes y ha tenido su reflejo a lo largo de toda la semana pasada. Será difícil bajar las revoluciones a cuenta de los últimos acontecimientos, que tienen al sector más conservador en la pista central, y no sólo en España. La última maniobra de Vox para intentar, sin éxito, arrodillar al PP y fidelizar su voto no bebe de la problemática de los 'menas', niños inmigrantes sin tutela, ya que más bien parece que la escalada de tensión de esta semana obedece al resultado cosechado en las elecciones europeas y, más concretamente, al del antisistema Alvise Pérez y su partido Se acabó la fiesta.

El discurso sobre los menas ha sido el más radical de cuantos ha pronunciado Abascal. La relación binómica mena-violador establecida por el jefe de Vox tienen una incuestionable intención de fomentar posiciones xenófobas y de demostrar que, puestos a ser radicales, él lo es más que Alvise Pérez. Lo mismo sucedió con su posicionamiento en Europa al cerrar posturas con el presidente húngaro Viktor Orban al tiempo que éste se abrazaba a Vladimir Putin mientras Rusia lanzaba misiles de precisión contra un hospital infantil de Kiev y ratificaba sus estrategias con estados involucionistas como la India. Un despropósito.

La detonación de la concordia entre PP y Vox sirve en bandeja una oportunidad única a Alberto Núñez Feijóo y sus barones. Para empezar, se acaba el soniquete gubernamental sobre la supuesta identificación sin fisuras entre los populares y Vox. Pero lo verdaderamente trascendente es el mensaje que mana desde el fondo. La lucha sin cuartel, aunque sea a costa de hacer de la radicalización el fin último, por el voto menos reflexivo denota que el progreso de la ciudadanía, de los territorios, de España y de Europa no está entre las prioridades de Vox, que ha tenido la oportunidad de demostrarlo gobernando. Trabajando. Abriendo las miras y poniendo al final del camino un balance que verdaderamente merezca el respaldo en las urnas. 

Mientras tanto, el líder del PP abre la puerta de su partido a los descontentos con la deriva de Vox y hace un llamamiento a los votantes de la formación derechista descontentos con el volantazo «disparatado» de Abascal al romper los pactos de gobierno autonómicos. Además, los populares dejan clara su postura, como hizo ayer el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local, Elías Bendodo, al advertir, en un mensaje dirigido a Vox, que su partido «no se va a mover de sus principios» y va a seguir gobernando «con responsabilidad» en las cinco comunidades autónomas en las que ambas formaciones mantenían coaliciones de gobierno.

Las decisiones están tomadas, ahora hay que esperar para ver qué consecuencias tienen en cada partido.