Después de un verano de recuperación física y permisos, Jan Oblak se entrenó por primera vez con sus compañeros el lunes 12 de agosto, apenas cuatro días antes del debut del Atlético de Madrid ante el Villarreal. El gigante de Skofja Loka (7 de enero de 1993) volvía a calzarse los guantes después de un año para la reflexión, de un verano para la pausa… y el regreso no podía ser peor: una 'cantada' suya a la salida de un córner propiciaba el segundo gol de los amarillos. El mismo debate con el que concluyó el pasado curso se abre a las primeras de cambio: ¿se ha terminado el brillante ciclo del esloveno como indiscutible en la portería rojiblanca?
Simeone inicia su 13ª temporada completa (enganchó al equipo en diciembre de 2011). Desde que el argentino aterrizó en el banquillo, su hoja de ruta incluía conceptos defensivos en letras mayúsculas y, para ello, necesitaba porteros de primer nivel. El 'Atleti' apenas pagó 1,2 millones de euros en la 12/13 por la cesión de Thibaut Courtois, un muchacho de 20 años que pertenecía al Chelsea y al que vaticinaron (sin error) un futuro brillante.
En su primera temporada, los colchoneros fueron el equipo menos goleado del curso (31 tantos, nueve menos que el campeón Barça)… y en la segunda fue determinante (26 encajados, de nuevo 'Zamora' del torneo) para el 'milagro' rojiblanco, conquistando el título de Liga. Apenas cuatro derrotas en todo el campeonato y unos números descomunales en la portería: un balance que impidió a Simeone retenerlo (regresó a Stamford Bridge).
La apuesta
Antes de que todo eso se produjese, el 4 de enero de 2010 el Benfica pagaba al Olimpija de Ljubljana cuatro millones de euros por un portero que apenas tenía 16 años y que llamaba la atención en categorías inferiores. Era Jan Oblak. Fue de cesión en cesión (el Beira Mar en 2009, el Ollanense en 2010, el Leiria en 2011 y el Rio Ave en 2012) hasta que Jorge Jesús, técnico de 'Os Encarnados' le dio estatus de segundo portero en la 13/14… y de titular en el tramo final de la temporada.
El Benfica fue campeón con apenas 18 goles encajados. Pero los números de Jan Oblak fueron aún más escandalosos: jugó 16 encuentros en los que solo recibió tres tantos. El planeta-fútbol giró la cabeza hacia aquel chaval de 20 años y 190 centímetros, y el Atlético fue el mejor postor en verano de 2014. Aunque inicialmente Simeone otorgó la titularidad a Moyá (disputó 27 partidos frente a los once del balcánico), a partir de la 15/16 ha sido indiscutible, escalado a la cima del fútbol mundial hasta cuestionarle a los 'habituales' el 'título' de «mejor portero del mundo»…
Hace tres años cambiaron las tornas. En las propias dudas defensivas de Simeone fue desapareciendo la 'magia' del esloveno, habitual hacedor de milagros en los '1-0' que ha coleccionado el técnico argentino para fundamentar su leyenda en el Calderón y el Metropolitano. De la 15/16 a la 20/21 (en la que el Atlético volvió a ganar la Liga), el Atlético fue cinco veces (de seis Ligas disputadas) el equipo menos goleado y nunca pasó de las seis derrotas en las 38 jornadas. Pero ya en la 21/22 encajó 43 tantos y sufrió nueve derrotas; en la 22/23 redujo la sangría atrás (33 goles en contra y siete derrotas), y el pasado curso se reprodujeron todos los males: terminó en cuarta posición, cuando siempre había estado entre los tres primeros con Simeone, con otras 43 dianas recibidas (solo en Liga, ya que fueron 64 en 52 partidos) y el peor registro de derrotas (10) de los últimos años.
Oblak, señalado en mayo, ve cómo los dedos siguen apuntándole en agosto: el Atlético ha hecho un gran esfuerzo (los fichajes de Julián Álvarez, Sorloth, Le Normand y Gallagher le confirman como favorito al título) pero recuperar la versión 'sobrenatural' de su portero es el primer paso. De momento, fallido en la primera jornada.