Poco a poco Albacete es olvidada por los grandes centros de poder y se ejemplifica de forma muy clara en las infraestructuras. Concretamente en tres estratégicas: la autovía a Cuenca, la A-32 a Linares y la línea ferroviaria entre Albacete y Cartagena.
Vamos por partes. La autovía a Cuenca duerme el sueño de los justos por una pugna entre la Junta de Comunidades y el Gobierno central. El acuerdo, firmado hace ya décadas, obligaba a la Comunidad Autónoma a construir la vía rápida entre Albacete y Cuenca, siempre y cuando la Administración central construyera la autovía de La Alcarria, entre Cuenca y Teruel. Ninguna de las dos tiene hoy proyecto ni trazado. Es la España vaciada que, una vez más, fue vacilada.
La A-32 entre Albacete y Linares está estancada. Si bien haya algún tramo activo y la parte jienense está prácticamente concluida, la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado supuso un nuevo revés, al no poder avanzar en la licitación de nuevos tramos. La apertura de esta vía supondría la habilitación de un corredor comercial de primer orden, paralelo al Corredor Mediterráneo. Sin embargo, esta obra no importa a nadie, ya que gobiernos tanto del PSOE como del PP dieron largas a la hora de potenciar esta infraestructura que volvería a colocar a Albacete como referencia estratégica del sureste español. Hoy muchos albacetenses dudan que puedan ver esta autovía acabada.
Por último, mientras que el ministro de Transportes, el deslenguado Óscar Puente, asegura en distintos foros que el ferrocarril es el eje estratégico de su política, esta medio continúa con su abandono, sobre todo la red convencional. Un ejemplo lo tenemos en la línea Albacete-Cartagena, que conecta a un millón de habitantes.
Estas tres vías de comunicación son el escaparate de la situación de abandono en la que se encuentra la provincia en cuanto a infraestructuras se refiere, pero también podríamos hablar de la falta de conexiones ferroviarias con Valencia o la pérdida de vuelos civiles regulares desde el aeropuerto. Falta voluntad política y los albacetenses están ya cansados de promesas y excusas, es hora de los hechos. No nos sobra nada de tiempo, porque vamos con décadas de retraso.