La explosión de un camión cisterna que transportaba combustible este sábado en el centro de Nigeria, en el estado occidental de Níger, registra ya 77 fallecidos, según informaron a EFE este domingo las autoridades.
"El número de muertos ha subido a 77, después de que se recuperaran más cuerpos anoche. Las operaciones continúan", declaró a EFE este domingo Ibrahim Husseini, portavoz de la Agencia Estatal de Emergencias de Níger (NSEMA, por sus siglas en inglés).
La explosión se produjo hacia las 09.00 de la mañana hora local (08.00 GMT) en la localidad de Gurara, en un cruce de la carretera que une la capital del país, Abuya, con la ciudad norteña de Karura.
El accidente se produjo cuando un camión que transportaba gasolina volcó y, mientras se intentaba transferir su carga a otro vehículo, el combustible entró en contacto con un generador, lo que provocó la explosión.
La mayoría de los muertos eran vecinos de la comunidad y transeúntes que se acercaron después de que el camión volcara para intentar recoger el combustible derramado, como suele ocurrir en estas ocasiones, y que se vieron sorprendidas por las llamas.
"La mayoría de muertos quedaron calcinados hasta quedar irreconocibles, mientras los heridos han sido evacuados a hospitales cercanos para recibir atención médica urgente", señaló en un comunicado difundido a última hora del sábado en la red social X, la Agencia Nacional de Emergencias de Nigeria (NEMA).
El incidente ocurrió solo unos meses después de que 170 personas murieran en otra explosión similar ocurrida la noche del 15 de octubre en el norte del país, en el estado de Jigawa.
Este tipo de siniestros que implican a camiones cisterna que transportan gasolina ocurren con relativa frecuencia en Nigeria, uno de las potencias petroleras de África.
Aunque la práctica de intentar recoger el combustible no es nueva, la situación se agravó después de que el presidente nigeriano, Bola Ahmed Tinubu, retirara el año pasado los subsidios sobre la gasolina, lo que disparó el coste del producto y generó fuertes protestas.
Así, el precio por litro del combustible ha aumentado en más del 400 % solo en los últimos 18 meses, dando más motivos a la población para arriesgar sus vidas recogiendo la gasolina derramada en este tipo de accidentes.