Una pareja de lujo

SPC
-

En la localidad toledana de Villafranca de los Caballeros la Cooperativa Cristo de Santa Ana elabora aceite de oliva virgen extra con azafrán DOP, un recurso inimitable para dar juego en los fogones

Una pareja de lujo

Campo y Alma (campoyalma.com) ampara los productos con Denominación de Origen Protegida (DOP) e Indicación Geográfica Protegida (IGP) que se producen y elaboran en Castilla-La Mancha. La labor de esta marca se centra en promocionar los frutos más exclusivos del sector agroalimentario regional dentro y fuera de la comunidad. Y es que actualmente ya son 40 los alimentos que lucen en su etiquetado una DOP o una IGP junto con el marchamo de Campo y Alma.

El abanico es amplio: desde el Cordero Manchego (IGP) hasta la Miel de la Alcarria (DOP), pasando por el Ajo de Las Pedroñeras (IGP), la Cebolla de La Mancha (IGP) o el Queso Manchego (DOP). Todo esto sin olvidar vinos (casi dos docenas de DOPs y una IGP), aceites (cuatro DOPs) y otros muchos productos que hacen de Castilla-La Mancha una de las autonomías más ricas en lo que al sector agroalimentario se refiere.

Lo normal es encontrar esos productos por separado, pero en la cooperativa Cristo de Santa Ana, en la localidad de Villafranca de los Caballeros, han dado un paso más y han querido combinar la única especia que goza de una DOP en toda Europa, como es el Azafrán de La mancha, con un aceite de oliva virgen extra de alta calidad.

Una pareja de lujoUna pareja de lujoFélix Patiño es el jefe de ventas de la cooperativa. Explica que vieron que el mercado estaba surtido de aceites con diferentes aderezos y aliños: romero, cayena, trufa… Pero echaron en falta el aceite con azafrán y, dado que los socios producen ambas cosas, decidieron lanzarlo al mercado hace unos cinco años.

Según cuenta, hicieron varias pruebas hasta que dieron con el proceso que utilizan hoy en día, que consiste en dejar macerar el aceite con el azafrán durante seis meses en la almazara, es decir, antes de embotellarlo. Una vez macerado, el aceite se filtra y se embotella junto con algunas hebras nuevas de azafrán que, más que para aromatizar (que también), proceso que ya está completado, son para mejorar el aspecto de cara al consumidor.

Según expone Patiño, el aceite que se emplea para elaborar este exclusivo producto proviene de aceitunas de la variedad arbequina cultivadas de manera ecológica. Se trata de un virgen extra que, aunque no cuenta con DOP, tiene una altísima calidad, además de ofrecer el sabor y aroma típicos de la variedad de la que se obtiene. El azafrán, por su parte, también se cultiva en ecológico y, en este caso, sí cuenta con Denominación de Origen Protegida.

Una pareja de lujoUna pareja de lujo - Foto: Rubén SerralléFélix Patiño comenta que, más allá del sabor, esta combinación beneficia a los dos productos. Por una parte, el aceite mejora sus ya de por sí extraordinarias cualidades nutricionales y se vuelve más resistente al enranciamiento. Por otra, el azafrán conserva todas sus características durante más tiempo al estar metido en aceite sin exposición al oxígeno.

En cuanto a sus usos, Patiño destaca el empleo en crudo. Ensaladas, gazpachos, tostadas o verduras mejorarán su sabor aderezadas con este aceite. Pero también es adecuado para añadir a última hora a elaboraciones más complejas como guisos, arroces o pescados al horno. Según el jefe de ventas de la cooperativa, en boca primero aparece el aroma y el sabor del aceite, pero luego se va dejando notar el azafrán, que complementa a la perfección el gusto de la arbequina. Fresco y delicado, con un frutado verde intenso y notas amargas y picantes en intensidad media, el sabor de este aceite con azafrán es inigualable y mejorará cualquier plato al que se le añada simplemente con rociar unas gotas.

Además de en la propia página web de la marca bajo la que se comercializa este producto (velador.es), el aceite con azafrán se puede adquirir a través de la plataforma de compras online de Campo y Alma (market.campoyalma.com). Se presenta en estuches de seis botellas que pueden ser de 250 o de 500 mililitros. Los paladares que saben apreciar lo bueno quedarán entusiasmados por su versatilidad en la cocina y los grandes resultados que se obtienen.

 

Bocadillo de Cordero Manchego IGP con mayonesa de azafrán

Una receta rápida para quienes no se quieren complicar. Soluciona una cena en pocos minutos o puede incluso servir para un sabroso almuerzo en un día de campo.

Ingredientes:

-Pan de Cruz de Ciudad Real IGP

-Filetes de pierna de Cordero Manchego IGP

-Un huevo

-Aceite con azafrán

-Sal y vinagre o limón

-Rúcula

-Tomate

Elaboración:

Se prepara el Pan de Cruz para hacer el bocadillo.

Por otro lado, se hace una mayonesa con el huevo, la sal, el aceite con azafrán y el vinagre o limón (según gustos).

Se fríen los filetes de Cordero Manchego con IGP una vez salpimentados. También puede hacerse con pollo, pavo o cerdo, pero el cordero aportará su intenso sabor y el resultado será, sin duda, más apetecible.

En el pan se colocan el tomate en rodajas y la rúcula, que se pueden aliñar levemente con un chorrito de aceite con azafrán y una pizca de sal. Sobre esta cama se ponen los filetes y sobre ellos una o dos cucharadas de mayonesa. Y está listo para disfrutarlo. Se puede comer en frío, pero en caliente dará su mejor versión.

Patatas al horno con aceite de azafrán

Se trata de una receta simple, pero muy apetecible para una cena ahora que las tardes son más cortas y el frío empieza a hacer acto de presencia.

Ingredientes:

-Jamón serrano

-Patatas

-Aceite con azafrán

-Sal

-Queso

Elaboración:

La preparación es sencilla. Las patatas deben tener cierto tamaño; se usará una por persona. Se lavan concienzudamente por fuera, se abren a la mitad y se colocan las mitades con el corte hacia arriba en una fuente de horno (si no se sujetan bien puede hacérseles una cama con papel de horno).

Se echa un poco de sal sobre ellas (poca, o incluso se puede prescindir de ella dados los ingredientes que usaremos luego; según gustos) y un buen chorro de aceite con azafrán. Se mete en el horno.

Transcurrida media hora más menos (depende del tamaño de las patatas, pinchando con un cuchillo sabremos cuándo están hechas) se sacan las patatas y se les pone queso por encima. La elección del queso va al gusto de quien las vaya a comer; puede ser desde uno tierno que aporte poco sabor hasta unas lascas de Queso Manchego con DOP bien curado que darán mucha potencia y aroma al resultado final.

Se vuelven a meter al horno dos o tres minutos, hasta que el queso funda. Y finalmente se presentan con taquitos de jamón por encima.