Dentro de la variedad de galardones que otorga anualmente, desde hace décadas, el conjunto de paisanos de la diáspora en la capital de España -en principio con el nombre de Peña de Albacete y después con el posterior y vigente hoy de Asociación Cultural Albacete (ACAM)-posiblemente el Altozano sea el más distinto y uno de los más queridos. Porque se concede «a entidades o actividades muy representativas de la provincia y de las que podemos presumir los que estamos, y sentimos, fuera de ella por diversas circunstancias», cual asevera Patricio Morcillo, presidente de ese grupo. Cual acontece con la Hermandad de Donantes de Sangre, que lo ha logrado por unanimidad en el galardón correspondiente a 2024.
Un título que, como es lógico y mandan las cláusulas de convocatoria del mismo desde su inicio en 2007, antes de darlo a conocer de manera pública se le comunicó, por parte del máximo mandatario de la Asociación a la actual presidenta de la Hermandad, Ángela López González. Quien le expresó su agradecimiento en nombre propio y de todos los socios por haber sido elegida la entidad, y le aseguró que ella y una amplia representación de donantes no sólo de la capital sino de los distintos pueblos se pasarán a recogerlo. Salvo cambio de última hora, la ceremonia tendrá lugar en el stand de la Diputación del edificio ferial a lo largo del certamen, muy posiblemente en el segundo fin de semana del certamen.
Según reza el acta oficial de la reunión del grupo de la diáspora paisana en la capital de España del pasado lunes -en una ya habitual cita veraniega, dedicada casi exclusivamente al premio y que cierra el curso hasta el mes de septiembre-, el premio se le concede a la Hermandad «por su encomiable e inagotable labor desarrollada durante más de 50 años para, como recogen en sus estatutos: regalar vida». Una frase que sólo es el resumen de lo que se habló en esa reunión antes de que votara cada uno de los asistentes a la misma.
Y como declara a La Tribuna -que logró el galardón hace cuatro años- su máximo mandatario, también se tuvo en cuenta que esa actividad llevada a cabo por la Hermandad mediante campañas de fidelización y sensibilización ha logrado de sobra lo que pretendía desde un principio en 1971 con su modelo de cultura de la donación. «En definitiva, satisfacer las necesidades de la sociedad con su inimitable e inigualable espíritu de solidaridad y generosidad». Por supuesto, cual agrega, que con su sentido de la responsabilidad que desempeña la entidad, no espera nada a cambio para ayudar a curar a la gente: «Todo tan digno de admiración y elogio».
La candidatura premiada la presentaron un grupo de socios, de manera individual, a lo largo del segundo trimestre de este año, como es habitual cada edición. Salvo la primera, en el año 2007, cuando fue la propia directiva de entonces la que anunció que para iniciar la serie, nada mejor que otorgárselo a algo tan representativo de Albacete cual es la Feria, máxime como banderín de enganche para todos los paisanos de la diáspora, que no sólo procuran desplazarse a la tierra para vivirla intensamente aunque sea en parte de sus 11 días, sino que también le dan fama y, claro, presumen de ella en el lugar donde residen.
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