El futuro que depara a las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo cuando sus padres fallezcan o ya no puedan atenderlas, y las conductas disruptivas en este colectivo son dos de las principales preocupaciones de los hogares en los que algún miembro tiene capacidades diferentes. Con el fin de compartir inquietudes y experiencias sobre estas cuestiones, Asprona ha celebrado esta tarde en el Centro Ágora unas jornadas de convivencia dirigidas a familias, personas con discapacidad y profesionales.
La jornada de convivencia incluyó dos ponencias: El futuro de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, impartida por Irene Molina y Vanesa Belmonte, ambas referentes sociales de Futucam; y Conductas que nos preocupan, por Álvaro Cuenca y Mónica Esparcia, psicólogos del Servicio de Atención a Familias (SAF) de Plena Inclusión en Albacete.
La sesión se enmarca dentro de un ciclo de cinco conferencias organizado por Asprona que se inició en octubre en Hellín y que llegará también a Almansa, La Roda y Villarrobledo. Las temáticas de las distintas ponencias han sido elegidas por las propias familias, a las que se pasó un cuestionario para que manifestaran sus principales preocupaciones. «El futuro de los hijos con discapacidad cuando los padres falten es la gran preocupación de estos hogares», subrayó la vicepresidenta de Asprona, María Dolores Olivares.
La responsable recordó que la entidad celebraba antes una jornada de convivencia provincial en la capital pero que este año se ha decidido llevar también las charlas a los municipios para facilitar la asistencia de los interesados.
«Hasta la fecha, 17 familias de Castilla-La Mancha han apalabrado con nosotros un 'compromiso de futuro' para cuando los padres falten o ya no puedan encargarse de sus hijos, de manera que luego el proceso judicial es más rápido y se quedan más tranquilos porque esto preocupa mucho a las familias», detalló Irene Molina, de Futucam, entidad regional sin ánimo de lucro que está especializada en el apoyo a la toma de decisiones en el ejercicio de la capacidad jurídica de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Previo estudio de cada caso, para esta fórmula es necesario que las familias manifiesten en una especie de voluntades anticipadas el deseo de que sus hijos entren en la fundación cuando los cuidadores falten.
Conductas desafiantes. Otra de las preocupaciones son los comportamientos disruptivos, «que generan malestar en las familias», apuntó la psicóloga Mónica Esparcia, quien incidió en que «una conducta tiene función comunicativa». «Es la punta del iceberg. Detrás hay motivos biológicos, psicosociales, relacionales, comunicativos...», detalló. Durante la ponencia, se dieron herramientas para tratar de comprender esas conductas, gestionar el estrés y no ser parte del problema.