El Albacete jugó un buen partido ante un Villarreal B que apenas inquietó a la portería defendida por Bernabé Barragán. El cuadro manchego supo madurar el partido en una áspera primera mitad para dar el gol de efecto en la segunda con los goles de Agus Medina y Manu Fuster.
El duelo frente a un rival directo dejó los tres puntos en el Carlos Belmonte, donde el Alba empieza a encontrarse cómodo para mostrarse superiores en juego y ocasiones a los visitantes.
El Albacete presentó las dos novedades previstas, con los retornos de Agus Medina y Momo Djetei, pero también hubo otra, Alberto Quiles en el ataque en lugar de Higinio. Y lo más significativo era la primera convocatoria de Pedro Benito, delantero que se lesionó en el primer partido de pretemporada y tenía su primera oportunidad de estar junto a sus compañeros en un partido oficial.
Salió el Albacete como suele ser habitual, intimidando a su rival y jugando con mucha velocidad. A los cuatro minutos, en la continuidad de una jugada que había empezado por la derecha, el balón llegó a un activo Julio Alonso que la uso en corto al primer palo donde apareció Escriche para tocar y la pelota se estrelló en la madera. Era el primer aviso de un Albacete empujado por su público y con muchas ganas de sumar tres puntos.
En esos primeros minutos metió mucho miedo el equipo de Albés a un Villarreal que pronto empezaba a buscar acciones en las que perder tiempo. Antes de la primera media hora ya habían tenido que salir tres veces las asistencias del equipo amarillo en acciones en las que no parecía pasar nada pero un jugador visitante acababa sobre el césped.
Moreno Aragón tuvo un conato de lesión y a los ocho minutos se reclamó una mano en el área del Villarreal, que tras ser revisada quedó en nada porque la pelota había tocado en la rodilla del defensa.
La presión inicial del Albacete hacía mucho daño, porque el Villarreal perdía pronto la pelota y pasaba apuros cuando jugadores como Manu Fuster o Agus Medina lograban asociarse con sus compañeros.
Pronto el Villarreal se atrincheró atrás. Retrasó la posición de un Tasende que había salido como extremo para jugar con una defensa de cinco y una línea por delante de cuatro muy juntas, lo que no permitía al Albacete encontrar huecos entre líneas y costaba mucho hilvanar alguna jugada de peligro. Solo cuando el balón llegaba en superioridad para Julio Alonso o Álvaro Rodríguez en las bandas la acción ganaba profundidad, pero dentro del área no había claridad, ni eficacia.
Ala media hora era Quiles el que lo intentaba con un disparo que no tuvo problemas en atajar Iker Álvarez y poco después era Manu Fuster, con media vuelta incluida para dejar lo que se dice sentado a su defensor, el que trataba de rematar pegado al palo pero con poca potencia, lo que hizo que el guardameta visitante pudiera llegar sin problemas para evitar el gol.
El partido se había puesto plomizo, con un equipo que no quería jugar y otro que no podía. Los jugadores del Albacete se habían contagiado del juego que proponía el Villarreal y las ocasiones brillaban por su ausencia. El ejemplo perfecto fue una rápida jugada en el añadido en la que el Albacete se plantó sobre el área visitante en un cuatro contra dos que no llegó a terminar con un remate sobre la portería. Lo mejor que podía pasar era el descanso, ante un Carlos Belmonte silencioso y expectante, molesto por el partido propuesto por el Villarreal y esperando que el Albacete tuviera un poco más de efectividad en sus jugadas de ataque.
otro partido. En la segunda parte el Albacete salió dispuesto a quitarse el mantazo propuesto por el Villarreal. Alos dos minutos de la reanudación ya se produjo una buena jugada que acabó con un disparo cruzado de Agus Medina que hizo lucirse al guardameta visitante para evitar el gol.
Unos minutos después, el mismo protagonista hizo posible que el Albacete se adelantase en el marcador, aunque el gran mérito de la jugada fue para Dani Escriche, que se fue de varios contrarios con potencia para llevar hasta la línea de fondo y poner un pase de la muerte en el que Medina solo tenía que empujar la pelota al fondo de las mallas.
El tanto despertó también al Belmonte y obviamente la propuesta del Villarreal ya no tenía razón de ser al estar por debajo en el marcador. Si su objetivo era amarrar un punto en el Belmonte, el equipo amarilla tenía que dar un paso adelante, lo que iba a servir para que el Albacete encontrase más huecos con los que sentenciar el encuentro.
El Villarreal dio un aviso en el minuto 63, en una rápida contra en la que Tasende remató al palo y poco después, como no podía ser menos, no iba a defraudar Moreno Aragón y su costumbre por perjudicar al Albacete. Ontiveros, que llevaba todo el partido protestando, hizo una falta sobre Manu Fuster al que seguía agarrando una vez pitada y en el intento del jugador del Albacete de soltarse recibía el manotazo de Ontiveros. Antes el asombro de todos, amarilla para los dos.
El valenciano se vengó pronto, porque unos minutos después, en una jugada coral de todo el equipo, Fuster encontraba el hueco preciso para rematar al fondo de las mallas y dejar el partido encarrilado en el minuto 70. Álvaro Rodríguez pudo hacer el tercero, pero el partido estaba sentenciado y poco más ocurrió en un partido donde el Albacete vuelve a dar la sensación de volver a ser fuerte en el Carlos Belmonte.