Patricio Morcillo presentó 'Paso a dos'

Emilio Martínez
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La novela tendrá su puesta de largo similar el miércoles 4 en el Museo Municipal de Albacete

Patricio Morcillo, junto a sus nietos, firma ejemplares de su novela. - Foto: Emilio Martínez

«La buena literatura es el único lugar donde lo imposible es posible. Y este es un magnífico ejemplo», sentenció el polifacético hombre de las artes escénicas Miguel Ángel Gallado en referencia a la, por ahora, última novela del catedrático de Organización de Empresas de la Universidad Autónoma, y autor de otras publicaciones relacionadas con la economía, Patricio Morcillo Ortega. Aconteció durante la puesta de largo, el sábado del pasado fin de semana en la sede de la Asociación Cultural Albacete en Madrid, de Paso a dos, en un evento brillante de principio a fin en el que el salón de actos de este grupo se llenó a rebosar asistiendo, además de destacados paisanos, varios compañeros de la docencia, así como alumnos actuales y exalumnos universitarios a los que el autor había dado clase. La obra va a ser presentada también, en un formato muy similar, en Albacete en la tarde del próximo miércoles día 4 en el Museo Municipal del Altozano. 

Antes de las palabras de Gallardo, que se desplazó expresamente desde Albacete para este acto, y de las del también catedrático de Economía, y amigo personal del autor de Paso a dos, Luis Rubio, se proyectó un bello vídeo con escenas y músicas de ballet clásico que cuadraban a la perfección con el título de esta cuarta novela de su autor, con un protagonismo, dentro de la ficción, del poeta Arthur Rimbaud. Un título que explicó Patricio que «simboliza en el ballet el amor entre una pareja», y que utiliza como analogía a la ficción narrativa de un grandísimo amor de seres «que no estaban llamados a encontrase». 

Esta admiración del autor de la novela por aquel escritor maldito que fue el francés sirvió para el inicio de las palabras de Gallardo, con unos versos del propio Rimbaud, que no sólo declamó, sino que interpretó a la perfección ante la atenta mirada de un público extasiado hasta el punto de que a su término recogió una fuerte ovación. Luego, tras añadir que le había embebido tanto la novela que la devoró en tres ocasiones, agregó que no se trataba de una obra sobre Rimbaud, que ya sería interesante, sino «sobre la amistad verdadera y el amor infinito». 

Para cerrar con idéntica brillantez su intervención recitó otro poema del francés, La bohemia, al que puso música muy del país vecino que había grabado previamente en su móvil.  Antes de que Gallardo actuara -porque, cual comentó entre los aplausos y en voz alta, uno de los asistentes fue «una extraordinaria actuación que nos estremeció»-, había abierto el acto Luis Rubio, quien se centró principalmente en presentar a Patricio, aunque igualmente aprovechó para adentrase en algún comentario que le sugería Paso a dos, que también había leído profusamente, porque las novelas de su amigo «atrapan», justificó.

De la misma manera que, recordó, son del máximo nivel e interés las diversas obras profesionales sobre economía en general y organización empresarial en particular -algunas de los cuales se estudian como texto desde hace tiempo en varias universidades- que ha publicado Patricio, «igualmente atractivas». El catedrático repasó algunas anécdotas vividas con el autor de Paso a dos y su mujer la rodense Mari Carmen, también presente en la sala, como otros familiares.  

Sin olvidar su afición por el fútbol, «con dos equipos favoritos que visten de blanco» -en referencia, lógicamente, al Alba y también al Real Madrid-, y a los toros, donde desde hace muchas temporadas es uno de los exigentes abonados de la plaza de Las Ventas, amén de asistir cuando puede a algunos de los festejos de la Feria de Albacete. Destacó que a ello se debe que una de las publicaciones sobre economía la tituló Innovando por naturales, y mencionó su pasión, quizás poco conocida, en una persona tan polifacética como la de coleccionista de fósiles. 

La creación literaria. Para comentar por último dos características importantes de Paso a dos que le habían calado hondo. De una parte, sus magníficas reflexiones sobre el proceso de la creación literaria, que ya bordó en sus anteriores novelas, sobre todo en la más inmediata El vuelo de Amanda, que sucedió a Olvido es lo que no hay y En las laderas de la noche. Y, de otro, su sabiduría al escribir jugando con el tiempo: delante, detrás y circular. En definitiva, concluyó, «estamos ante un auténtico intelectual en el sentido literal del término».

Fue el turno de Patricio, un hombre noble y sencillo, al que «tantos elogios y panegíricos», cual inició sus palabras, le tenían al borde de la vergüenza. Y que continuó agradeciendo la presencia de tanta gente que había puesto el siempre difícil cartel de no hay billetes, tan de uso, y tan deseado, en los festejos taurinos. Y añadió una metáfora igualmente propia del lenguaje de la Fiesta al referirse a haber tenido a dos subalternos de auténtico lujo como sus antecesores en la palabra.   

Luego precisó que, en efecto, ese paso a dos del ballet abarca no sólo el amor, sino otras cuestiones tan positivas en la existencia como el amor, la amistad y la empatía. Especificando que Rimbaud, al que definió como el Mozart de las letras, era uno de sus escritores favoritos desde su infancia y adolescencia en el mucho tiempo que él vivió en Francia, donde también fue profesor universitario. Repasando la corta vida poética que el poeta abandonó con sólo 20 años y habiendo escrito ya libros que son auténticas obras maestras, sin olvidar que fue el inventor del verso libre en Europa.

Por supuesto, insistió, que la novela que se presentaba en esos momentos, «una especie de ucronía», era ficción, pero contada de manera coherente y verosímil y, claro, admitió que con algunos detalles de la propia existencia suya. En el apartado de agradecimientos volvió a destacar fundamentalmente a su mujer, con la que lleva casado más de cuatro décadas y que le aguanta que dedique tanto tiempo a escribir -Paso a dos le ha ocupado dos años y tres relecturas-. Eso sí, no descartó, ni mucho menos, que no vaya a haber una quinta obra sin tardar demasiado.

El acto se cerró con un brillante coloquio en el que participaron algunos de los albaceteños presentes como el periodista José Hervás, el sociólogo Ginés Garrido Alart, el premiado fotógrafo Carlos García 'Paverito' -colaborador de esta sección-, el medievalista Juan Victorio Martínez, y los  escritores Manuel Cortijo y Juan Pedro Carrasco -que dirigen, también dentro de la programación de Albacete en Madrid, las Tertulias Literarias Eduardo Alonso-. Por último muchos de los asistentes, tras comprar el libro, se dirigieron a Patricio para las correspondientes dedicatorias.