El autor Guillermo Saccomanno fue reconocido ayer con el XXVIII Premio Alfaguara de novela por la obra Arderá el viento, que llegará a las librerías el 20 de marzo.
«Escrita en un estilo parco y de una rara intensidad, la obra es la cuidadosa construcción de un deterioro que, aunque transcurra en un país específico, acaba por ser una metáfota distorsionada del espíritu de nuestro tiempo», apuntó el jurado.
El galardón está dotado con más de 160.000 euros, una escultura de Martín Chirino y la publicación simultánea de la obra en todo el territorio de habla hispana.
Arderá el viento fue elegida por mayoría y es «una historia de degradación, de un descascaramiento agónico que poco a poco deja a la vista las miserias del cuerpo social», agregó el jurado, compuesto en esta 28º edición por los escritores Leila Guerriero y Manuel Jabois; la directora de cine y guionista Paula Ortiz, la escritora y dueña de la librería La Mistral (Madrid), Andrea Stefanoni y la directora editorial de Alfaguara, Pilar Reyes. El presidente fue Juan Gabriel Vásquez.
En esta convocatoria se recibieron 725 originales, de los cuales 322 fueron remitidos desde España, 93 desde Argentina, 110 desde México, 89 desde Colombia, 38 desde Estados Unidos, 27 desde Chile, 25 desde Perú y 21 desde Uruguay.
Una "sorpresa intimidante"
Saccomanno, que recibió la noticia ayer de buena mañana, aseguró que el premio es «una sorpresa intimidante» por la responsabilidad que implica aceptarlo. Explicó que Arderá el viento cuenta la historia de una familia argentina que «arrasa» en una sociedad pequeña. «Sexo, dinero y poder» son algunos de los temas centrales de la novela, que también abarca la «lucha de clases», según el propio autor.
En el libro, los Esterházy, una «pareja excéntrica sin un pasado claro, llega a un pueblo de la costa argentina y comienza a regentar un antiguo hotel. Estos dos seres producen el efecto de una partícula enfermiza que se introduce en las grietas de una sociedad pequeña y arrasa con su dinámica cotidiana, aparentemente calma. La pareja resulta ser un amplificador de los prejuicios, los deseos ocultos, las supersticiones, los temores y la violencia larvada en muchos de los habitantes del pueblo».
El pasado año fue complejo para el autor por una secuela que le dejó la covid-19 y que la literatura le ayudó a sanar. «Me parecía que debía aprovechar la relaxidad para sobrellevar un poquito lo que me pasaba. Y no me preocupé, la literatura resulta sanadora. Resultaba atractivo estar todo el año con un capítulo sin saber muy bien qué iba a pasar en el próximo», precisó.
Saccomanno coge el testigo del galardón a Sergio del Molino, que recibió el de 2024 por Los alemanes.