La calle Miguel López de Legazpi número 13 de la capital acoge la segunda edición del Belén de la Cofradía Nuestra Señora del Calvario, que se puede visitar hasta el 7 de enero, en horario de 11 a 13 y de 18 a 21 horas, excepto los día 24, 25, 31, 1 y 5 por la tarde, así como el día 6. El responsable de este proyecto es el belenista Andrés Carretero Jiménez, miembro de la cofradía e impulsor del proyecto.
Andrés Carretero confirmó a La Tribuna de Albacete que «es el segundo año que montamos este belén; ya el pasado hicimos una primera edición, con muy buena acogida, así que eso nos animó para hacer realidad este belén, que tiene 20 metros cuadrados. Empezamos con él a finales de septiembre, a fabricar las construcciones, porque se han cambiado muchas y, en cuestión de montaje, sí que he sido yo el encargado, con ayuda».
Este belén de la Cofradía de Nuestra Señora del Calvario, confirmó, «cuenta la historia, desde que empezó todo en Nazaret, con San José y la Virgen María. A partir de eso, incluimos distintos misterios, el Sueño de San José, Anunciación a María, incluso tenemos el templo de Salomón en Jerusalén, que preside el belén y, luego, como novedad, el mar de Galilea, al que hemos incorporado las barcas de los pescadores».
Son, recordó Andrés Carretero, «cinco ambientes, porque tenemos Galilea, donde está el mar, Nazaret, Egipto, Belén y Jerusalén, con 350 figuras, aproximadamente».
El belén, apuntó, tiene una historia, no se hace de un día para otro y «traía ya muchas cosas hechas, de belenes que yo he ido montando, porque empecé cuando era un niño a montarlos. Luego, mi compañero de la cofradía, Juan José Reyes, también aporta otra serie de casas y figuras, por lo que hemos juntado un buen número de construcciones, a las que hemos ido incorporando otras nuevas. Las figuras son de barro o barro lienzado, que es lo único que no han hecho los miembros de la cofradía, se han ido adquiriendo a lo largo de los años, pero lo demás es artesano, construcciones, cestos, puertas, antorchas, farolillos, las barcas o el mar de Galilea, todo lo hemos hecho en la cofradía, con madera, con cartón, telas y cada uno ha aportado su granito de arena para hacer realidad el proyecto. Gracias a mi grupo de belén, que siempre ha estado en el momento justo, hemos podido hacerlo realidad».
Recordó el belenista que el éxito de la primera edición les ha llevado a repetir la experiencia, mejorando el belén, «porque no esperábamos una acogida tan fantástica, estamos muy contentos y a lo largo del año lo hemos ido planeando para que fuese mucho mejor y la verdad es que, como quedamos muy satisfechos, hemos vuelto a repetir».
Una planificación y trabajo que lleva mucho tiempo, «porque a lo largo del año hemos ido planificando cosas y, desde luego, tengo que decir que sin un gran equipo no podría realizarlo, porque una persona sola necesitaría un año para planificar y montar un belén así, con estas características. Así que desde estas páginas me permito invitar a todo el mundo a que nos visite, porque encantados les mostraremos el belén. La entrada es libre y gratuita y, si alguien quiere hacer alguna donación, se destinaría exclusivamente a la cofradía, para montar el belén del año que viene».