La Virgen de Los Remedios regresó a su santuario de Fuensanta acompañada por miles de rodenses en la Romería de llevada. La jornada comenzó a las 7 horas, con la misa previa a la romería. Desde El Salvador, la Asociación de Viajantes portó la imagen de la Virgen de Los Remedios, que tuvo su primera parada en la calle Virgen, donde se encontraba la única mesa de todo el recorrido. A pocos metros, la patrona hacía otro alto en el camino mirando al cementerio mientras el párroco de La Roda, Fernando Zapata, guiaba una oración. Ya saliendo del casco urbano, la Banda Municipal de Música acompañó con sus primeros compases a la virgen que alcanzaba Las Zorreras donde la familia Jareño le colocó el manto de viaje.
En una mañana fresca, que los romeros agradecieron, la virgen cruzó el puente de la autovía donde, una vez más, la reverberación de la música incrementó la emoción de los fieles. Encarado el Camino de la Virgen, la imagen reposó en el primero de los cuatro arcos, el de los Hortelanos. Minutos más tarde, llegaba al paraje de Pozo Bueno donde, delante de su ermita, la esperaba San Isidro. En este encuentro, al igual que en el resto de paradas, los rondenses entonaron cánticos de alabanza a su patrona. La Romería continuó por el arco de los Poetas, el cruce de la carretera, el arco de Hoya Gonzálo y el arco de El Término, donde La Roda entregó la virgen a Fuensanta.
adelanto. Este año, la Asociación de Viajantes aceleró la llegada al Término «unos quince minutos», según relató Alonso Castillo, presidente de este colectivo. Con el fin, explicó, «de disponer de un tiempo para despedirnos de la patrona». De esta manera, la imagen llegó a este concurrido paraje, donde los rodenses se dan cita para almorzar, a las 11,15 horas. Y tras la retirada del manto de viaje y el bastón de mando, todavía restaban unos minutos antes de la «entrega oficial» a Fuensanta, establecida a las 11,30 horas. La Roda «ralentizó» así el momento de separarse de la patrona y su entrega al pueblo vecino. Juan Ramón Amores, alcalde de La Roda bromeaba con la idea de «dejar» a la virgen en la localidad, ante la respuesta de Juan Manuel Núñez, alcalde de Fuensanta, quien recordaba que era «indispensable» devolver la imagen a su santuario para «cumplir con las tradiciones».