El sepulcro de Pozo Moro se derrumbó por un terremoto

Virgilio Molina
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El arqueólogo Martín Almagro Gorbea establece que el análisis arqueosísmico apoya esa hipótesis

Una réplica puede contemplarse en el mirador del Castillo de Chinchilla. - Foto: Rubén Serrallé

Un reciente estudio realizado por el prestigioso arqueólogo Martín Almagro Gorbea (Barcelona, 1946), una autoridad  en la protohistoria de la Península y en la cultura ibérica,  establece como causa más probable de la destrucción del  monumento  funerario de  Pozo  Moro  un temblor de tierra, relativamente frecuente en esta zona del Sureste peninsular.

Este artículo científico titulado Análisis arqueosísmico del monumento de Pozo Moro: ¿Lo derrumbó un terremoto? (Ediciones Complutense),  indica que «este monumento turriforme de casi 10 metros de altura, construido con sillares hacia el 500 a.C., fue destruido pocos años después por un terremoto, según parece indicar cierta deformación del terreno y la posición de caída de los sillares hallados en la excavación».

«El  análisis  arqueosísmico -prosigue- ha  identificado  diferentes  estructuras  de  deformación:  esquinas fracturadas, desplazamiento de bloques de sillería y colapsos orientados. Estas deformaciones son compatibles, según el análisis estructural geológico, con una dirección dominante de movimiento del sustrato NE-SO, que podría indicar un origen sísmico, hipótesis apoyada por su proximidad a la falla activa de Pozohondo, situada a 20 kilómetros.

El monumento  de  Pozo  Moro,  que está conservado en  el  Museo  Arqueológico  Nacional,   puede  considerarse  el  mejor   edificio   arquitectónico   conocido   de   la   arquitectura  ibérica.  Posee estructura turriforme,  construido  con  sillares  de  arenisca  sobre  base  cuadrada  escalonada  de la que emergen dos  cuerpos  paralelepípedicos   superpuestos   decorados   con  algunos relieves  mitológicos  y  con  esculturas  de  leones  en  las  esquinas,  cuyo  remate,  probablemente, tendría forma de cúspide  apiramidada. El  yacimiento arqueológico se  descubrió  en  el año 1971  al  retirar  un  antiguo  majano de piedras  Su  excavación,  realizada  a  partir  de  1973,  permitió  documentar  bajo ese antiguo majano una necrópolis ibérica.

Enclave estratégico.

El lugar está en un nudo de comunicaciones, ya que confluían en él dos vías prerromanas, la Heraclea y la que conducía a Cartagena y curso del río Segura, por donde desde el siglo VIII-VII a.C. penetraron influencias del Mediterráneo Oriental.  «Era por tanto un lugar estratégico de gran importancia -revela el estudio-, probablemente  dependiente  de  la  población  de Saltigi, oppidum  ibérico  situado  a  12  kilómetros y  debía  ser  el  fundus  o  propiedad  gentilicia  de  un  señor  de la guerra o dinasta ibérico para el que se levantaría este monumento».

Los sillares aparecieron caídos en los lados Norte y Este del monumento y su estructura, sus  dimensiones y posición de caída han permitido conocer  cómo  estaba  construido, «datos que han permitido analizar el proceso de construcción, uso y derrumbe del monumento y plantear una anathyrosis aproximada  del  mismo,  que  se  ha  llevado  a  cabo  en  el  Museo  Arqueológico  Nacional y según  esa reconstrucción,  el  sepulcro estaría   formado   por   una veintena de hileras  hechas  con  200  sillares  pseudoisódomos    que    alcanzarían    una    altura    próxima a los 10 metros», revela el estudio.