El Albacete logró una victoria balsámica que encarriló Higinio de penalti y confirmó Fidel en un rechace tras una buena primera parte de los blancos. En la segunda mitad apretó el Burgos, pero el equipo de Alberto González pudo mantener el tipo y anotarse tres puntos muy necesarios, y además en el Carlos Belmonte.
El técnico Alberto González apostaba por Jon García y Lalo como pareja de centrales, como principal novedad en el equipo manchego. Empezó el partido con muy poca gente en las gradas, pero la gente fue llegando incluso con el partido ya comenzado, lo que tiene estos horarios que pone LaLiga y que tanto perjudican a los aficionados.
En el arranque el primer susto lo dio el Burgos, en una jugada sin aparente peligro el remate de Íñigo Córdoba tocó en Curro y se envenenó. Lizoain la dejó pasar, el balón se estrelló en la base del palo y se paseó por la línea de gol. Finalmente el guardameta del Alba, con susto incluido, la sacó para evitar una nueva acción tonta y perjudicial para los manchegos cuando no se habían cumplido ni dos minutos de juego.
El Burgos se asentó mejor en el terreno de juego. Dominaba la pelota y trataba de llegar al área del Albacete. Los manchegos jugaban muy a arreones, como nos tienen acostumbrados, con una buena jugada de Ale Meléndez y remate de Fidel que atajó Cantero.
El centrocampista del Albacete está subiendo enteros conforme pasan los partidos. La primera parte realizada ayer fue de nota alta. Se convirtió en el motor del equipo y, en los mejores minutos de los locales, el jugador que impulsó a los suyos a dominar con claridad al rival y dirigió los ataques con velocidad y claridad, aunque a veces eran sus compañeros los que echaban el freno y le daban tiempo a la defensa visitante para armarse y cerrarse.
El partido empezaba a ponerse plomizo, con un Burgos dominador pero poco claro en ataque y un Albacete a impulsos, poco claro y sin continuidad.
Entonces llegó una jugada totalmente inesperada. Al saque de un córner a favor del Albacete caían en el área David López y Jon García. Rápidamente se llamaron a la asistencias para lo que parecía un choque de cabezas. Los dos jugadores fueron atendidos y se recuperaron cuando, ante el asombro de todos, el colegiado Muñiz Muñoz se dirigió al VAR a comprobar la jugada. Al parecer Diego López había sacado el codo a pasear y fue lo que impactó en la cabeza de Jon García. El aragonés lo vio claro, pitó penalti a favor del Albacete y sacó cartulina amarilla al central del Burgos.
Higinio tomó la responsabilidad y el de Calasparra, en un gran momento de forma, no falló. Era el minuto 26 y, aunque Cantero adivinó por donde iba el disparo, la colocación y potencia evitó que pudiera parar la pelota y el Alba se adelantaba 1-0 en el marcador.
Higinio, que venía de anotar dos goles en Huesca, anotaba su quinto gol de la temporada, los mismos que marcó la temporada pasada, en la que las lesiones no le dejaron brillar como hizo en su primer año de blanco.
Tener a Higinio en forma es una gran noticia para el Albacete. Su presencia en el área es una pesadilla para los rivales, un dolor de cabeza para los porteros y un incentivo para sus compañeros. Su forma de bajar la pelota, de abrir el juego, de buscar los huecos, es toda una garantía de éxito.
El gol produjo un cambio radical en el partido. El Alba se convirtió en el dueño y señor del mismo y no tardó el equipo de Alberto González en demostrarlo también en el marcador.
Las acometidas de Ale Meléndez, cada vez más coordinadas y conjuntadas con sus compañeros, cercaron la portería de Cantero. Quiles, siempre buscando la oportunidad para disparar, se sacó un duro lanzamiento desde la frontal que iba a la base del palo. Cantero hizo lo que pudo para sacarlo, pero ahí aparecía Fidel, siempre atento, para hacer el 2-0 en el minuto 32 ante el delirio de la grada, deseosa de ver a su equipo ganar y dominar un partido en el Carlos Belmonte.
Los siguientes minutos también fueron de gran juego local, con muchas llegadas a las que solo faltó el último pase para haber sentenciado el choque antes del descanso. Ya en el tiempo añadido pareció despertar el Burgos, que tuvo un par de buenas llegadas pero que no consiguieron variar la situación con la que se llegó al tiempo de asueto.
Bolo introdujo dos cambios en el descanso y el Burgos salió muy metido y con la intención de hacerse dueño de la pelota. El Albacete trataba de salir al contragolpe, pero faltaba precisión en el último pase. El Burgos se iba acercando cada vez más y casi lo aprovecha el Alba en otra rápida contra en la que Higinio podía haber redondeado la tarde pero su remate se marchó alto.
Dos nuevos cambios introdujo el técnico del Burgos y eso se notó en forma de mucha más frescura en los visitantes, aunque otra vez a la contra Higinio volvía a probar fortuna con un duro disparo y una buena intervención de Cantero.
El partido estaba en un momento complicado y, aunque las contras del Alba llevaban mucho peligro, parecía más cerca el gol del Burgos que la sentencia local. Llegado al ecuador de la segunda mitad, el partido estaba para que Alberto González pidiera un tiempo muerto y pusiera elementos de refresco en el campo, con la intención, como mínimo, de mantener la ventaja. En el minuto 69, Bolo ya había puesto sobre el tapete todas sus armas, con los cinco cambios realizados. Se veía claramente como los visitantes tenían más gasolina que los locales. Por fin en el minuto 75 entraban Rai Marchán y Agus Medina con clara intención de reforzar la parte de atrás abandonando el partido Higinio y Fidel.
Un error en el despeje propició un remate de Espiau que por fortuna fue muy centrado y a las manos de Lizoain. En una acción rápida anotaba el Albacete por medio de Quiles, pero el asistente levantaba la bandera y tras ser revisada la jugada por el VARse confirmaba el fuera de juego.
En la recta final, la grada celebró el debut del canterano Marcos Moreno y mucho más el pitido final y el reencontró con la victoria en el Carlos Belmonte, balsámica para el Albacete.