Poco antes de la una del mediodía, el ambiente en la Plaza del Altozano de Albacete cambió ayer de forma brusca, del dolce far niente a la bella ciao, del pausado aperitivo burgués a la tensa lucha de clases.
Un grupo de 200 manifestantes procedentes de la Punta del Parque irrumpió en el centro del centro de la ciudad, precedido de una pancarta que decía La vivienda es un derecho, no un negocio.
Convocados por la Plataforma Albacete por la Vivienda, habían salido poco después de las 12 del mediodía, para llamar la atención sobre un problema «que también es nuestro, porque no es de recibo tener que pagar 800 euros al mes por un cuchitril», bramaban desde la megafonía.
Durante el camino por la Calle Ancha, se oyeron numerosos lemas alusivos a las crecientes dificultades que hay para lograr una vivienda digna para colectivos como los jóvenes, los inmigrantes o las familias monoparentales.
Algunos eslóganes fueron ¡Qué pasa, qué pasa, que no tenemos casa!; Nos quieren echar para especular; Vergüenza me daría, desalojar una familia o ¡Aquí está, la cueva de Alí Babá!, este último coreado a voz en grito justo al llegar al Altozano, donde se encuentran las sedes de los principales bancos.
Tras llegar al Altozano, los manifestantes se desplegaron para que se pudiesen ver todas las pancartas y llegó la hora de los discursos y manifiestos, en los que se detalló una tabla de reivindicaciones que incluye la regulación del precio del alquiler o la prohibición de los desahucios de personas vulnerables.
También clamaron conttra la prohibición de los pisos turísticos, sancionar a las inmobiliarias que no acepten atender a los inmigrantes, y promover la vivienda social como mejor freno contra el chabolismo que ya está enquistado en varios puntos de Albacete.