El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 10 de Madrid ha determinado que la Guardia Civil tendrá que readmitir a un agente albacetense después de jubilarlo forzosamente, tras superar un trasplante de los dos pulmones.
El caso de Ramón Ignacio Gago Martínez se remonta a finales de 2018, cuando sin saber por qué, sus pulmones empezaron a dejar de funcionar. Tras tres meses ingresado en Albacete, cuando los médicos vieron que sus pulmones se estaban deteriorando completamente, decidieron enviarlo a la Unidad de Trasplantes de Valencia, como último recurso.
Tras dos semanas de pruebas, los médicos le dijeron que probablemente no sobreviviría, porque había llegado muy débil, sin embargo, deciden intentar trasplantarle los dos pulmones, ya que se trata de un paciente joven, puesto que en aquel momento tenía 47 años.
La operación. El 23 de enero de 2019 se lleva a cabo la operación. «Lo pasé bastante mal, de hecho casi muero en el trasplante y poco después, pero tras seis meses conseguí salir del hospital y empecé la recuperación».
En marzo de 2021, un año y dos meses después del trasplante, Ramón consigue volver a trabajar tras pasar por un Tribunal Médico. «Como había empezado la pandemia, la única opción que me dejan es el teletrabajo, algo comprensible porque tengo un problema pulmonar, en plena epidemia de Covid».
En Madrid, el Tribunal Médico determina que tiene una discapacidad del 39% y grado dos (el grado uno y dos son aptos para trabajar, el tres puede ser trabajar o jubilación y el cuatro es jubilación). Ese informe llega a la Guardia Civil, que hace una propuesta de jubilación, a pesar de que Ramón llevaba trabajando un año. «La Unidad de Trasplantes siempre ha recomendado que trabajemos, porque ellos entienden que nuestra vuelta al trabajo es una parte más de la adaptación, que ellos recomiendan, siempre y cuando el entorno sea seguro. En mi caso el entorno es seguro, porque es mi casa».
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