La clase de religión: un eje esencial en la educación

Redacción
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El delegado diocesano de Enseñanza, Juan José Fernández, asegura que «optar por esta asignatura es una oportunidad para que nuestra cultura y nuestros valores se amplíen»

Juan José Fernández Cantos, delegado diocesano de Enseñanza. - Foto: Diócesis

Termina el curso y es momento de hacer balances. Hoy lo hacemos con el delegado diocesano de Enseñanza, Juan José Fernández, sobre la clase de religión, que hace «un balance tremendamente positivo, porque uno de los grandes miedos cuando cambian las leyes de educación es que la asignatura de religión se descabalgue; sin embargo, cuando miramos ahora con perspectiva, con los datos de la estadística, viendo cómo los alumnos y alumnas han elegido la clase de religión, nos damos cuenta de que esta sigue siendo un eje, una referencia dentro de la educación, como lo demuestra el hecho de que siete de cada 10 niños y siete de cada diez jóvenes de la provincia de Albacete hayan cursado durante el curso 2023-2024 la clase de religión».

Ahora es el momento de hacer la matrícula para el próximo curso, y la clase de religión es una asignatura que, según Fernández, «todos los años pasa su examen. Es una materia que, año a año, padres, madres, alumnos y alumnas tienen que elegir y decidir si quieren continuar. Poder optar por esta asignatura es una oportunidad para que nuestra cultura y nuestros valores se amplíen y se hagan cada vez más universales».

El delegado anima a elegir la clase de religión porque «vivimos en un mundo muy marcado por la inmediatez y la superficialidad; lo queremos todo ahora y en este momento; sin embargo, no dejamos de buscar sabidurías, libros y contenidos que den sentido a nuestra vida. Buscamos el bienestar, la paz interior, el sentido de la vida, en una palabra. El cristianismo va más allá de la inmediatez y de la superficialidad. El cristianismo busca encontrar un sentido a la vida que nos arraigue. Antes, la cultura y los valores eran cristianos, pero ahora nos damos cuenta de que, en un mundo tan plural, la oferta se ha diversificado enormemente. No conocemos ni lo nuestro propio. La clase de religión es una oportunidad para conocer nuestra cultura, de dónde venimos, hacia dónde queremos ir y cuáles son los valores que han marcado nuestra vida y que pueden construir nuestro futuro».

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