Una semana después del paso de la dana, varios de los pueblos más afectados siguen "en shock" y con grandes necesidades, más allá de comida o productos de limpieza y desescombro, a pesar de la ayuda de los miles de voluntarios y el aumento de efectivos de la UME, ejército, bomberos y policías.
Paiporta, considerada "zona cero" de la dana y con 62 fallecidos contabilizados, sigue sumido en un "desastre humanitario sin precedentes" tras ser arrasado por el desbordamiento del barranco del Poyo y este martes ha exigido a la autoridad competente supramunicipal que asuma las labores de coordinación que sus competencias le exigen.
El consistorio informa en un comunicado oficial que "desde el primer momento" trabaja para restablecer los servicios básicos del municipio y del propio ayuntamiento, y afirma que "hay mucho trabajo por delante y aún hay mucha gente que necesita ayuda".
Explican que el edificio del ayuntamiento, el de la Policía Local y todas las dependencias municipales están gravemente dañadas o no existen, al igual que todas las viviendas, negocios y entidades del pueblo, y lamentan que el personal municipal está "en su mayoría en estado de shock, intentando recomponer sus vidas o a pie de calle ayudando a sus vecinas y vecinos, a aquellos que han sobrevivido".
En Chiva hoy han desalojado al menos a 130 familias de sus viviendas en el núcleo urbano y han solicitado ayuda con maquinaria pesada para poder limpiar el polígono de la Pahílla, donde hay graves daños.
En cuanto al servicio de luz y agua, se ha restablecido en todas las urbanizaciones del término municipal y todas ellas son accesibles, a pesar del hundimiento de puentes en todo el término.
El albergue habilitado por Cruz Roja en el Instituto de Educación Secundaria Marjana, con 50 plazas disponibles, ha sido utilizado esta noche por un grupo de 10 personas que fueron desalojadas de sus casas.
Además, el Ayuntamiento mantiene alojadas a otras 50 personas en hoteles, mientras que el resto de vecinos afectados están en casas de familiares o amigos.
Desde el Ayuntamiento se ha solicitado ayuda prioritaria con maquinaria pesada para poder limpiar el Polígono de la Pahílla, donde hay daños muy graves. Las propias empresas están trabajando en la limpieza de sus instalaciones, pero se necesita despejar y limpiar las calles con máquinas especializadas para poder restablecer la actividad de las empresas.
Algemesí, otro de los puntos que más ha sufrido los impactos de la dana, continúa hoy con barro, aunque en menor cantidad que otros días. En la localidad puede verse una gran cantidad de bomberos que continúan con las labores de achicamiento de agua en varios lugares, entre ellos en un parking subterráneo de gran tamaño.
Aunque la situación avanza, aún hay muchos muebles en las calles que los vecinos han sacado de sus hogares y esperando ser removidos a otras zonas en las afueras del pueblo.
Los aparcamientos subterráneos
Varios aparcamientos subterráneos siguen siendo examinados por la UME, equipos de bomberos y el ejército y hasta el momento no se han encontrado las víctimas que se creían que podría aparecer encerradas en vehículos.
En el del centro comercial Bonaire, en la localidad de Aldaia, tras haber inspeccionado todos los vehículos y el 99 % de estas instalaciones, no se han encontrado cuerpos, según han indicado a EFE fuentes policiales.
El personal especializado en la búsqueda de víctimas se está retirando del aparcamiento, donde continúan la labores de achique por parte de empresas privadas porque todavía queda algo de agua, y permanece en la zona un dispositivo de la Policía Nacional para prevenir robos y pillajes.
Mientras, la Policía Nacional sigue con las labores de inspección de los sótanos del centro comercial MN4 de Alfafar, donde junto a bomberos, siguen avanzando en el achique de agua del aparcamiento de dos plantas.
Ayer, se procedió a la inspección ocular de la primera planta, hallándose 12 vehículos y ningún cuerpo.
Las dos plantas subterráneas del aparcamiento sumaban unos 22.000 metros cuadrados y cuentan con una altura de alrededor de 3 metros, donde se habían acumulado más de 80 millones de litros de agua.