La Catedral de Albacete acogerá el sábado, a las 21 horas, un concierto muy peculiar, único con entrada libre, a cargo de Javier Sáez y Alfonso Sáez, que interpretarán obras en una versión del órgano histórico de Liétor, digitalizado por Pascual González. Se trata de un novedoso sistema que permite, mediante la digitalización, escuchar los auténticos sonidos de órganos singulares, como el de Liétor, fuera del lugar dónde físicamente se encuentran.
El concierto, incluirá una colecta para recaudar fondos destinados a la restauración del órgano de la Catedral.
Alfonso Sáez, uno de los organistas participantes, comentó a La Tribuna de Albacete que el órgano de Liétor viaja a la capital porque «hace unos años Pascual Lorenzo hizo un sampler, una copia digital del instrumento, del órgano histórico, tubo a tubo, para tener un archivo informático con esos sonidos y eso es lo que viaja, ese archivo sonoro, con un teclado que tiene una tecnología digital».
También podrá verse en la Catedral una copia de la fachada del órgano a escala, «que estará también instalado en el templo para que no sea un teclado electrónico, porque todo está hecho expresamente para el instrumento. No utilizaremos un teclado moderno, es electrónico pero hecho a la antigua usanza, con las teclas de madera y suena exactamente igual que el órgano de Liétor». Hacía el organista una comparación: «Cómo es un facsímil del Códice de las Huelgas, podemos decir que igual que el Códice pero en moderno, y lo mismo podemos aplicar al órgano».
Alfonso Sáez apuntaba que la ventaja es que esta técnica «te permite llevar el órgano de Liétor a cualquier sitio y ésa es la intención que podamos disfrutar de la sonoridad del órgano histórico en cualquier sitio, hasta en el salón de la casa de una persona que tuviese ese sistema para poder reproducirlo, jugando y ajustando la acústica, una vez que está instalado».
RÉPLICA DIGITAL. Pascual Lorenzo, el creador de esta réplica digital, sampleada, «con una caja a mitad de tamaño que la original, con dos metros y medio».
El trabajo para hacer posible este instrumento, «fue muy laborioso, por la ingente cantidad de tubos y porque la técnica consistió en tomar una grabación de cada tubo, de cada sonido, que puede ser de 10 segundos de duración y con esa muestra se marca un bucle para que se pueda hacer permanentemente, pero claro, ese bucle tiene que estar muy bien hecho para que no se note, pero fue con más de 1.000 tubos».
Pascual Lorenzo reconocía que la música, «exactamente igual que en Liétor no puede ser, porque no hay dos cosas que suenen igual, aunque sea el mismo instrumento, si lo pones en dos sitios distintos; mi opinión es que es una opción realista, y la persona que lo escuche se dará cuenta que parece un órgano real, aunque no sea lo mismo exactamente». Un trabajo que ha hecho en muchos años, hasta conseguir esta réplica transportable, una pieza única.