Durante el 2023 los profesionales del Punto de Encuentro Familiar (PEF), dependiente de la Delegación Provincial de Bienestar Social,   atendieron a 188 familias, con 116 de ellas ya se venía interviniendo y 72 fueron casos nuevos que llegaron a este recurso, que cuenta con 21 años de andadura. No obstante el total de personas beneficiarias el pasado año fue de 690, de ellos 435 adultos y 255 menores.

Los datos de actividad del PEFson muy similares a años anteriores, ya que de media anual son 100 las nuevas familias que requieren de intervención especializada en este recurso.

La coordinadora del Punto de Encuentro Familiar, María del Carmen Martínez, detalló que 31 de los 255 menores con los que los profesionales de este dispositivo trabajó el ejercicio pasado procedían de la Delegación de Bienestar Social, al tratarse de menores tutelados por la administración, y que llevan a cabo el régimen de visitas con su familia biológica en este recurso.

Precisamente los jueves por la tarde se dedican en exclusiva a la realización de las visitas supervisadas para todos los pequeños tutelados por la Junta. Con el fin de ser flexibles con las familias biológicas de estos niños y niñas «si éstas no pueden encontrarse ese día, pueden acudir otro de los días de apertura del PEF», agregó Martínez, que recordó que se deja el resto de casos judicializados para los miércoles, viernes, sábados y domingos».

La tendencia desde finales del año pasado y que se mantiene también en los cuatro primeros meses de 2024 es que se ha incrementado el número de expedientes que llegan derivados desde el Juzgado de Violencia sobre la Mujer, en concreto, ha aumentado en torno a un 10% con respecto al año anterior, teniendo en cuenta que un 40% de los casos que llegan al Punto de Encuentro Familiar son por violencia de género.

«Tenemos un protocolo específico de violencia que se cumple a rajatabla en el centro y por ello en estos 21 años afortunadamente no hemos tenido ningún problema grave con las familias y mucho menos con los menores».

«En la mayoría de ocasiones tanto de los casos que llegan al Punto de Encuentro Familiar desde el Juzgado de Violencia como desde otros juzgados la modalidad de visitas predominante son las supervisadas, que son las que se realizan  dentro del PEF, al menos inicialmente», agregó la coordinadora del recurso, que aclaró que las ventajas de este modelo es que «cuando los menores llegan al centro a veces llevan tiempo sin relacionarse con uno de los progenitores y hay que restaurar esa relación, al tiempo que se garantiza la seguridad y el bienestar de los niños a través de este tipo de visita».

A veces sucede, en opinión de Mari Carmen Martínez que «una etapa prolongada de visitas supervisadas en el Punto de Encuentro   Familiar acaba consiguiendo una normalización de las relaciones paternofiliales en el futuro fuera del recurso».

Martínez explicó que «a veces las visitas supervisadas duran sólo unos meses, pero en cualquier caso el criterio siempre es judicial. Las familias en ocasiones tienen diferentes procedimientos abiertos y hasta que el juzgado no modifica ese régimen de visitas no pueden cambiar de fase, proceso que pasa por nuevos juicios o vistas para revisar el régimen de visitas entre los menores y los progenitores».

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