Las colonias infantiles durante la Guerra Civil española fueron unos centros donde proteger a los niños de la contienda bélica sufrida en ciudades donde el conflicto y la violencia fue mayor, como fue el caso de Madrid y Guadalajara. Muchos niños fueron evacuados, tanto al extranjero, Rusia e Inglaterra, como al interior de España. En nuestro país, el Socorro Rojo Internacional creó unos centros de acogida infantil en lugares que se consideraban más seguros. Una de las provincias elegida fue Albacete.
Sin embargo, y pese a que existió un número alto de colonias infantiles en la provincia y a desarrollarse en ellas un amplio programa educativo, que atendía tanto la escolaridad, con plazas de maestros, y al bienestar médico y nutricional, apenas se sabe nada de ellas. Alguna vez, algún descendiente de aquellos niños de la guerra nos ha pedido información, pero no existen antecedentes. Como en tantas ocasiones, los documentos que testimonian violencia o represión se han volatilizado.
En cualquier caso, al volver a describir el fondo del antiguo Gobierno Civil de Albacete nos han aparecido una serie de oficios y correspondencia entre esta institución y los ayuntamientos que nos permiten reconstruir, aunque sea someramente, estas colonias. Toda la correspondencia se giró al finalizar la guerra, en abril y mayo de 1939, porque las autoridades franquistas se encargaron del destino de aquellos niños, sobre todo de los que no fueron reclamados por nadie, los que quedaron huérfanos, que ingresaron, irremediablemente, en los distintos centros del Auxilio Social de Albacete.
Imagen de la correspondencia entre el gobernador civil y los ayuntamientos de Paterna del Madera, Ayna y Villarrobledo sobre la situación de las colonias. - Foto: Archivo Histórico Provincial de AlbaceteColonias en la provincia. Villarrobledo, finca El Calaverón. Al terminar la guerra, se hizo cargo de la colonia el Auxilio Social, internando a 26 niños que permanecían en ella en sus dependencias. De estos, diecisiete ya habían sido recogidos por sus familias más próximas el día 17 de abril de 1939, de los restantes, se hacían gestiones. Se acompaña de un listado con los datos identificativos de estos niños, todos procedían de Madrid, salvo una niña que era de Esplegares (Guadalajara).
En Peñascosa sólo tenemos constancia de que el 1 de mayo de 1939 el ayuntamiento comunicó que los niños habían sido reintegrados a sus hogares, y el resto de ellos, hacía escasos días, habían sido trasladados a Albacete por sus responsables.
En Paterna del Madera la finca Sierra del Agua fue cerrada el 20 o 21 del mes de abril, sin que el Ayuntamiento aportara más noticias.
En Montealegre del Castillo el Ayuntamiento informó, el 30 de abril, al Gobierno Civil que en aquel termino existió una colonia infantil, que se encontraba disuelta por haberse marchado hacía unos veinte días todos sus componentes a sus respectivos domicilios.
Asimismo, en Chinchilla de Montearagón la finca El Ojuelo era residencia que se llamaba de «niños evacuados», y que durante la contienda estuvo sostenida y administrada por el sindicato de comercio de UGT de Albacete. Se realizó una visita por parte del presidente de la comisión gestora el 29 de abril de 1939, acompañado de un notario, levantando acta de los víveres, ropas, muebles y demás enseres, así como de la incautación de libros de contabilidad y dos libretas de cuentas corrientes. Se dio orden al personal que siguiese prestando asistencia a los niños hasta en tanto que se resolviese su situación. El 5 de mayo aún permanecían los niños en esta colonia a la espera de que el delegado local de Auxilio Social de Chinchilla resolviera esta situación.
En Ayna, los chalés en el paraje Casa Forestal (Diario El Defensor del día 17 de marzo de 1938), donde el alcalde ratificaba que la información sobre la colonia ya había sido redactada como memoria y entregada a la Delegación del Auxilio Social. El 2 de octubre la alcaldía de Ayna solicitó permiso al gobernador para repartir los enseres de la colonia entre los más necesitados del pueblo.
Finalmente, en la pedanía tobarraña de Sierra, aunque el Ayuntamiento no contesta al cuestionario del Gobierno Civil, una publicación del BOP de 24 de diciembre del año 1937 sacaba a concurso tres plazas de maestro para esa colonia, financiada por el Socorro Rojo Internacional. El sueldo de los maestros era de 4.000 pesetas anuales y advertía el documento que la labor del maestro o maestra no se limitaría exclusivamente a su función educativa, sino que se extendería a todo el acompañamiento del menor, por lo que era necesario que los docentes también residieran en la colonia.
A pesar de la escasez de datos, podemos comprobar como las colonias infantiles republicanas contemplaban la asistencia integral del menor, desde la educación, que era una de las grandes transformaciones a acometer por la Segunda República, a la alimentación, el control médico y el bienestar emocional de los niños. Por eso las colonias se situaron en el medio rural, en fincas o entornos naturales como la Sierra del Agua, los parajes boscosos de Peñascosa y Ayna, la aldea de Sierra (Tobarra). Unos ambientes en contacto con la naturaleza, la paz y el aire libre.
(*)Directora del Archivo Histórico Provincial de Albacete.