Gran protagonismo de Dámaso González en la reunión correspondiente a este mes de diciembre del Aula Taurina que la Casa de Castilla-La Mancha bautizó con su nombre a principios de este año. Y es que, dentro de la convocatoria sobre el tan polémico como exigente sector del tendido 7 de la monumental madrileña, a la que asistieron varios de sus más conocidos aficionados de diversas épocas, surgió la valoración actual del matador paisano ya fallecido. Al que negaron el pan y la sal en sus primeras tardes, contándole los pases, para después apoyarle en su última etapa y ahora valorarlo como un gran torero y haberse convertido en defensores de su «tauromaquia con la verdad por delante, como su muleta al citar a los toros».
Esta definición fue con la que empezó su intervención el más famoso de los ocupantes de ese sector de Las Ventas, el veterano Faustino Herranz Rosco. Aconteció cuando uno de los habituales asistentes a estas citas, el madrileño José Andrés Sánchez, abonado de la plaza, tras declararse partidario en general y con alguna excepción por alguna salida de tono del 7, sacó a relucir el asunto. Recordándoles que la tauromaquia del coletudo albacetense fue igual al principio como al final, basada siempre en «el valor, el temple y la ligazón, algo que por desgracia cada vez vemos menos ni siquiera en Madrid, porque en el resto de los cosos está perdida incluyendo a las figuras».
No ocultó Rosco que puede que se equivocaran al principio con Dámaso, incluyendo apuestas sobre en qué muletazo el corbatín ya lo tendría fuera de su sitio, pero más por sus formas que por el fondo, pero que a partir del festejo con una durísima corrida de Alonso Moreno, que hirió de gravedad a José Luis Bote, se ganó «no sólo al 7, sino a todos los aficionados con su lección». Añadió que desde entonces siempre se le respetó a pesar de que le faltara esa dote artística que tanto gusta en Madrid y con la que se nace «o no, como fue el caso del albaceteño».
Añadiendo que si la esencia de Dámaso no era artística, sí lo fue, además de su entrega máxima, su conocimiento de los toros, su valor a raudales para poderle a todos los animales, ya que a diferencia de las otras figuras de entonces, mató muchos de las divisas consideradas duras. «Y, en definitiva, hacía lo que los demás ni se atrevían ni podían», sentenció. Tanto él como Yolanda Fernández -antigua presidente y ahora vocal- y Roberto García Yuste -ahora presidente- acudieron al debate en representación de la Asociación El Toro, con mayoría de miembros comunes con el tendido 7, muchos de ellos jóvenes aficionados habituales en sus actos, cual este del Aula que se llevó a cabo con lleno total.
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