El Teatro Circo acogió una nueva actividad organizada por Amithe, la Asociación Nacional de Amigos de los Teatros Históricos de España.
Su presidente, Javier López-Galiacho, comentó a La Tribuna de Albacete que «la asociación lo que quiere con este acto en el Teatro Circo es legar el testigo de la defensa, cuidado y mantenimiento del Teatro Circo a las nuevas generaciones. Nosotros hemos luchado, y no digo que estemos en retirada, pero sí que pensamos ya en esas nuevas generaciones y hemos hablado con el instituto Tomás Navarro Tomás, con el que tengo una relación especial, porque soy antiguo alumno, y hablé con la dirección, con el profesor Javier Alfaro, y han venido hasta aquí. Nos hemos fijado, en principio en la placa de los 12 hombres que levantaron el Teatro Circo en 1887 y luego, hemos hecho un acto donde han conocido la parte histórica, que he explicado yo, Juan Caballero la parte arquitectónica y Ricardo Beléndez, el Teatro Circo hoy y en el futuro. Además han recibido diplomas que dan fe de esa recogida del testigo», con el lema Ellos lo levantaron, nosotros lo recuperamos y vosotros y vosotras lo mejoraréis.
Juan Caballero explicó a los alumnos la parte de la restauración del edificio que se llevó a cabo, «lo que fue un hecho emblemático y muy característico, porque lo dejamos casi en los huesos, pero hay que decir que fue una restauración viva, conforme nos íbamos encontrando las cosas, íbamos actuando y, afortunadamente, esa manera de restaurar un edificio, es la forma adecuada de hacerlo». El arquitecto concretó que todos los valores del edificio se tuvieron en cuenta y recordó que «se le está dando el uso para el que estuvo pensado. Los comienzos de este teatro es que tenía la característica de transformarse el edificio y albergar actuaciones circenses y de teatro y es la esencia del edificio, que es lo que lo hace excepcional y se sigue conservando».
Ricardo Beléndez, por su parte, habló a los alumnos sobre el presente, «la posibilidad que da este teatro desde su origen. Cuando se construyó en 1887 no se pensó sólo para teatro, ni siquiera sólo para circo, porque hemos ido descubriendo cosas que pasaban en el Teatro Circo, como centro de actividad social y hay que decir que se hacían actividades benéficas, bailes de carnaval, incluso hemos descubierto, y tenemos piezas guardadas para el futuro museo del teatro que lo demuestran, que se celebraban bodas, el convite». Sobre el futuro, dijo que «tiene que estar unido a que alguna vez las administraciones tendrán que dar el paso y construir otro espacio escénico de una capacidad mayor, y este su camino es dedicarlo a actividades muy extraordinarias».