Lavado de cara para optar a todo

C. De la Blanca (SPC)
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Portugal mira al título tras el cambio de aires con Roberto Martínez. Turquía y la República Checa parten con opciones de pasar de ronda con Georgia como 'cenicienta'

Uno de los llamado a liderar a Portugal es Bruno Fernandes. - Foto: EFE

La época dorada del fútbol portugués capituló en Catar, cuando Marruecos acabó con los sueños de una generación de talento encorsetado por las ataduras tácticas de Fernando Santos. Llegó entonces Roberto Martínez, avalado por sus proyectos anteriores, y renovó el hambre de un grupo que sigue contando con Cristiano Ronaldo en su posible última gran aparición en un gran torneo. El cuadro de las 'quinas' es favorito a liderar un Grupo F en el que todo apunta a que la República Checa y Turquía acabarán a 'tortas' por la segunda plaza y en el que Georgia aparece como la clara 'cenicienta'.

Diez victorias, cero empates y cero derrotas. Un total de 36 goles a favor y solo dos en contra. Esas fueron las cifras de los lusos en la fase de clasificación. Nadie pudo con ellos. Cierto es que no tuvieron un rival a su altura, pero los viajes a Bratislava, Reikiavik o Sarajevo siempre habían supuesto un desafío para Portugal. No esta vez, porque Roberto Martínez ha encontrado el equilibrio. 

Los jugadores, después de pasar por las ásperas manos de Fernando Santos, demandaban un golpe de timón hacia un juego más 'fresco' y flexible. Solo Pepe y Cristiano Ronaldo destilan cierto aroma a pasado, que no a bajo rendimiento. Ni mucho menos. Estos dos baluartes están arropados por una jovencísima generación que puede comerse el mundo. A pesar de su edad, muchos están acostumbrados ya a competir en el más alto nivel. Hablamos de los Rúben Dias, Nuno Mendes, Vitinha, Bernardo Silva, Bruno Fernandes, Rafa Leao, Joao Félix… 

Todo apunta a que el cuadro luso no tendrá problemas para ocupar la cabeza de un grupo que por detrás ofrecerá mucha disputa, sobre todo en el reparto de la segunda y tercera posición. Turquía parece partir en ligera ventaja respecto a la República Checa en este sentido. El combinado de Vincenzo Montella presenta una plantilla jovencísima en la que el líder es Hakan Çalhanoglu. El del Inter  ha completado la reconversión a jefe de la 'sala de máquinas' para ejercer de capitán y 'encauzador' del torrente de calidad que dispone la selección otomana. A su alrededor, calidad a raudales poco experimentada. Yusuf Yazici, Salih Özcan o Merih Demiral contrastan con los Orkun Kökçü, Arda Güler, Baris Alper Yilmaz o Kenan Yildiz.

Cortocircuitar esa falta de veteranía es lo que desean los checos, aunque parecen carecer de la suficiente capacidad para ello. Tomas Soucek, Vladimir Coufal, Antonín Barák o Patrick Schick lideran un equipo falto de mimbres. Sin embargo, la dirección de Ivan Hasek y la versión que mostraron en la edición pasada, unida a la capacidad para autodestruirse que tienen los otomanos, podría jugar en su favor.

Sobre todo, porque parece imposible que Georgia dé la sorpresa. En su primera aparición en una Eurocopa, el bloque de Willy Sagnol se ampara en tan solo un nombre: Khvicha Kvaratskhelia. Su sola presencia ya es un factor suficiente como para pensar que su selección puede hacerle daño a cualquiera, sobre todo contando como rivales a Turquía y a la República Checa. De cómo esté el extremo y de la solidez que aporte Giorgi Mamardashvili bajo palos dependerá de si el bloque del Cáucaso puede soñar o no con plantarse en octavos.