La pasada semana fuimos testigos de una agresión ocurrida en un partido sénior de fútbol sala perteneciente a los Juegos Deportivos Municipales, organizados por el Instituto Municipal de Deportes y el Excelentísimo Ayuntamiento de Albacete.
En dicho encuentro, uno de los jugadores recibió una brutal patada por detrás a la altura de la rodilla con el partido ya finalizado.
Tras esta acción, desde los JDM a través del Juez Único de Competición, se tomó la decisión de inhabilitar al agresor, prohibiéndole participar en cualquier competición de los JDM durante un tiempo indefinido, defendiendo así los valores de la competición que apuestan por el juego limpio, la deportividad y el respeto a rivales y árbitros, tal y como marca la convocatoria anual de competición.
Se debe hacer un llamamiento a la deportividad y recordar que el fin de estas competiciones municipales es la de permitir que grupos de amigos puedan disfrutar del deporte en un ambiente de concordia, armonía y respetando siempre los valores del deporte, no dando cabida a las agresiones, antideportividad, y actuaciones que puedan poner en peligro la integridad de los participantes que forman parte de la competición.
Los Juegos Deportivos se encuentran en la recta final de la temporada, donde se terminan de dilucidar las clasificaciones finales de buena parte de sus competiciones que comenzaron en el mes de noviembre, y que semana tras semana, han reunido a más de siete mil deportistas, repartidos en más de quinientos treinta equipos y más de doscientos encuentros. Niños desde cuatro años de edad, hasta veteranos de más de sesenta, en los que la nota predominante ha sido la deportividad, el buen ambiente y las normales disputas de una competición deportiva, que no suelen llegar a mayores. Siendo estos hechos, muy minoritarios y excepcionales, para nada representativos de lo que es el espíritu de los Juegos Deportivos Municipales, que llevan más de treinta años ocupando un espacio destacado en el ocio activo y saludable, de buena parte de la población de Albacete.