Martínez Guijarro: "La despoblación empieza a frenar"

E.F
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El Consejo Regional de Desarrollo del Medio Rural constata en su reunión en la Casa Perona que el saldo migratorio de las zonas vulnerables de Albacete ya es positivo «en 543 personas», según el vicepresidente regional

Martínez Guijarro se reunió con representantes de los grupos de acción local en la Casa Perona de Albacete. - Foto: J.M.E.

La sangría demográfica ya empieza a sangrar menos, en Castilla-La Mancha y en Albacete, aunque todavía queda mucho por hacer para que la herida se cierre por completo y la despoblación sea tan sólo un mal recuerdo en la comunidad autónoma y en la provincia.

Para ser exactos, el saldo migratorio de las zonas en riesgo de despoblación en Castilla-La Mancha fue positivo por primera vez en muchos años, de 8.612 personas. En el caso concreto de la provincia de Albacete, el dato también fue positivo, de 543 personas.

Ambos datos los dio ayer al vicepresidente primero del Gobierno regional, José Luis Martínez Guijarro, quien presidió en la sede de la Delegación de la Junta en Albacete la última sesión del Consejo Regional de Desarrollo del Medio Rural y frente a la Despoblación.

«Este dato nos indica que la despoblación empieza a frenar en las zonas más vulnerables», indicó, «pero para llegar a revertir la despoblación, este saldo migratorio tiene que compensar el crecimiento vegetativo, que todavía es negativo en la mayoría de estas zonas».

De hecho, el principal motivo de la reunión de ayer en la Casa Perona era el de cambiar el enfoque realizado hasta ahora en la lucha contra la pérdida de habitantes. A partir de ahora, anunció Martínez Guijarro, toca «acercar la lupa» para diseñar las nuevas políticas.

«Queremos diseñar políticas y programas específicos para cada una de las 26 comarcas», explicó, «y para ello queremos contar con Recamder y los grupos de acción local, porque son ellos los que conocen mejor y han estudiado más los diferentes territorios».

En este sentido, el vicepresidente primero dijo que, por ejemplo, hay comarcas donde el saldo migratorio es positivo gracias a la inmigración interior, esto es, de personas nacidas en la región o el país que se asientan en estas zonas designadas como vulnerables.

En otros casos, la inmigración exterior es la que frena la despoblación y, por fin, hay comarcas donde hay una mezcla de ambos fenómenos. Este comportamiento, detalló Martínez Guijarro, también se debe a que «las características y necesidades de cada comarca son distintas, como es lógico».

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