Editorial

Toda España está pendiente de lo que pase hoy en el País Vasco

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Las elecciones autonómicas ya no se parecen a lo que fueron. Ahora, cada vez que vota una región, sea o no nacionalista, el resultado se lee en clave plebiscitaria nacional. Así sucedió en Andalucía, así sucedió en Galicia y a así sucederá hoy en el País Vasco y en mayo en Cataluña. Otra cosa es la derivada real que tenga el resultado en la política nacional, y en este caso las consecuencias son impredecibles porque el Gobierno de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz es esclavo tanto del PNV como de Bildu, las dos fuerzas que pugnan por alzarse con la victoria.

Salvo sorpresa, el PSOE actuará como juez y parte para decidir el Gobierno vasco, lo que pondrá a Moncloa y Ferraz ante su espejo. Tendrá que traicionar la confianza del PNV o de EH Bildu, y lo hará sin tener el pretexto de que es necesario apoyar a la fuerza más votada, pues de ser así Sánchez no estaría en la Moncloa. Que haya un presidente que perdió las elecciones sienta un precedente que ahora se puede volver contra el PSOE, sobre todo si, como indican las últimas encuestas, el partido de Arnaldo Otegi consigue la mayoría en escaños y en votos. Pase lo que pase, las réplicas del seísmo se van a sentir con toda su crudeza. Por eso España está en guardia. Y con razón.

Esta claro que el resultado de las elecciones vascas también puede tener un impacto en la dinámica de poder a nivel nacional. Dependiendo de los resultados, podrían surgir nuevos actores políticos con mayor peso en el escenario nacional, lo que podría alterar el equilibrio de poder dentro del Gobierno central y afectar su capacidad para avanzar en su agenda legislativa.

Si Sánchez elige a Bildu el camino a seguir en el País Vasco se va a parecer mucho al que esta transitando Cataluña, que ha llevado al presidente del Gobierno a  numerosos cambios de opinión, empezando por los indultos, pasando por la amnistía y con rumbo hacia un referéndum de autodeterminación.

Bildu no se esconde y escuchando a Arnaldo Otegi y a su alumno Otxandiano se ve claro que el objetivo va a ser el mismo, lograr sus objetivos a cambio de mantener su apoyo al Gobierno del Estado. ERCy Junts abrieron el camino y Bildu no lo va a desaprovechar.

El problema es que a Sánchez le puede pasar factura si el PNV se cabrea, que sería lo normal. Claro, que si el PSOE decide apoyar a Pradales, serán los herederos de Batasuna los que se enfaden y hagan temblar al presidente.

 Por eso, este domingo toda España va a estar muy pendiente de lo que dictaminen las urnas en Euskadi y, pase lo que pase, lo que está claro es que Sánchez y el PSOE nacional van a tener problemas y, por ende, España y los españoles, que a fin de cuentas somos los que terminamos pagando las consecuencias de los actos de nuestro políticos.