Un firme y cuajado Molina marca el terreno en su Feria

Pedro J. García
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El albacetense, que cortó tres orejas, rubricó una completa tarde en la que Marín paseó dos apéndice y compartieron puerta grande

Natural de Molina al sexto de la tarde. - Foto: Arturo Pérez

El triunfo se le resistía a Molina en su plaza de Albacete desde el día de su doctorado, en el citado marco y día en el que cortó una oreja, porque el año pasado paseó un apéndice tanto en la corrida de Asprona como en la que toreó en el abono. En la temporada de matador de toros en la que más veces se vestirá de luces, Molina completó una tarde en la que estuvo muy firme, variado con capote y muleta y, sobre todo, cuajado, que le valió para cortar tres orejas, lograr el tan esperado triunfo y perfilarse como el triunfador del abono, con permiso de Escribano, Pinar y Serrano, que actúan hoy en la décima de abono.

Un triunfo en el que compartió protagonismo con Ginés Marín, quien también completó una buena tarde que le valió para pasear un apéndice de cada enemigo y abandonar la plaza también en hombros. El Fandi, que siempre ofrece su particular espectáculo en los tercios de banderillas, fue el peor parado de la tarde, ya que se fue de vacío, merced a faenas aliviadas y con poco acierto con los aceros.

Claridad. Molina tuvo claro desde el paseíllo que el triunfo era su objetivo y puso todo de su parte para lograrlo. Con lucidos lances a la verónica recibió al tercero de la tarde, rematando con ajustadas chicuelinas. En el caballo, el toro recibió un medido puyazo de Agustín Moreno y el tercio de banderillas fue muy accidentado, ya que Perea se hizo daño en un pie en el primer buen par que colocó y lo acuso en el segundo, mientras que Pascual Mellinas, en el cuarto par, cayó en la cara del toro y ahí estuvo providencial Ginés Marín en el quite para que el toro no hiriese al banderillero, a su merced. Clavado de hinojos empezó la faena Molina, con dos pases cambiados y un cambio de mano interminable. Siguió sobre la mano izquierda y en la primera serie, templado el diestro, llegó el primer parón de un toro, que aguantó Molina, antes de querer rajarse un astado con poco entrega, pero de eso se encargó un firme diestro, que en los pasajes finales le recetó tres circulares iniciados por la espalda, hizo el péndulo metido entre los pitones y acabó con un desplante en la cara del toro. Acariciaba el trofeo y sólo faltaba meter la espada y ahí se volcó Molina para dejar una estocada desprendida. Hubo doble petición de oreja, pero con buen criterio, se concedió una. 

Ante el sexto, lució Molina en los lances de recibo a la verónica, rematados con media y una revolera. Buen aperitivo para el plato principal de su faena, brindada a los hermanos Juan y Jesús Martínez Moraga, que fue a más y en la que estuvo muy firme. El inicio por abajo tuvo buen gusto y las primeras series las ligó con la derecha, a media altura, porque al bajar la mano doblaba el toro. Al natural el astado tuvo una embestida más descompuesta y se coló, por lo que volvió sobre el pitón derecho, bien plantado, en redondo, sin quitarle la muleta de la cara al toro para que repitiese, ganando todo en una intensidad que mantuvo Molina hasta los últimos ayudados y la estocada final que hizo rodar al toro. Paseó dos orejas con la alegría del triunfo logrado.

Ginés Marín fue el otro triunfador, merced a dos buenas faenas. El primero de su lote apenas tuvo fijeza en el capote, lo que no permitió estirarse a Marín, no se empleó en el caballo y se movió en banderillas. La faena de Marín fue de menos más a un toro noble y manejable, con unos primeros compases con la mano derecho en los que  a media altura el toro protestaba y si le bajaba la mano, doblaba. Cambió a la mano izquierda y ahí subió de nivel la faena de Marín, con series más limpias, templadas y ajustadas por parte del diestro, que en los compases finales alternó las series por ambos pitones, dejando la muleta en la cara del toro para que repitiese, sobre todo por el pitón derecho. Tras unas ajustadas bernadinas dejó una estocada trasera. Palmas para el toro y una oreja para el diestro.

Faena a más. El quinto de la tarde no tuvo fijeza en el capote de Marín, recibió un puyacito y en banderillas se movió. Ya con la muleta, el extremeño cimentó su faena en el toreo al natural, tras comprobar en la primera serie por la derecha que a media altura protestaba y si le bajaba la mano corría el riesgo de que el toro perdiese las manos. Con la muleta en la mano izquierda llegaron varias series de naturales, que fueron a más en cuanto a temple y hondura, aunque en el pasaje final le costó más al toro. Muletazos de buen gusto por abajo fueron el preámbulo de una estocada casi entera muy efectiva. Afloraron los pañuelos y paseó una oreja.

El primero de Conde de Mayalde fue un toro con movilidad y entrega, lo que aprovechó El Fandi para un variado recibimiento con verónicas, chicuelinas y la revolera de remate, con poco calado. Tras un minipuyazo en el caballo, el granadino explotó su fuerte, el tercio de banderillas, con los dos primeros a toro pasado y el tercero, el ya famoso del violín, de mejor ejecución. Clavado de hinojos junto a tablas comenzó su faena y, ya puesto en pie, se sucedieron varias series cortas, tres muletazos y el de pecho, por el pitón derecho a un toro que repitió y tuvo entrega en su muleta. Mejor fue la primera serie al natural, pero a partir de ahí volvió la sosería y el alivio a su torero, en el que no aprovechó las buenas condiciones del astado. Remató con manoletinas antes de dejar dos pinchazos y una estocada contraria. Palmas para el toro y ovación para el torero.

Poco lucimiento tuvo El Fandi con el capote en los lances de recibo ante el cuarto, el toro que más se empleó en el caballo y que se movió en banderillas, con un diestro granadino que estuvo más ajustado que ante su primer enemigo. En la muleta comenzó con la derecha, a media altura, sin lucimiento ni ajuste ante un toro cada vez más parado, también por el pitón izquierdo, y que se rajó. Abrevió y un pinchazo hondo fue suficiente para que el toro doblase.

FICHA:

Ganadería. Se lidiaron seis toros de Conde de Mayalde, bien presentados, nobles, manejables y de vario juego.

'El Fandi'. Blanco y plata. Ovación y ovación.

Ginés Marín. Lila y azabache. Una oreja y una oreja

Molina. Verde oliva y oro. Una oreja y dos orejas.

Incidencias. Más de media entrada en tarde agradable.

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