La escritora Raquel Brune visita hoy Popular Libros de calle Octavio Cuartero número 17, a las 18,30 horas, donde presentará, acompañada por Miguel Ángel Berepiki, su último libro Equilibrio. La autora comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra, con la que cierra la trilogía Brujas y nigromantes.
¿Qué le gusta más, escribir o divulgar literatura?
La verdad es que es gratificante la sensación, cuando te dicen que han leído un libro, que les ha encantado, cuando tú lo has recomendado, pero lo que a mí siempre me ha gustado es la lectura y la escritura. Me gusta mucho hablar, también, inevitablemente, pero lo que me mueve, realmente, es contar historias y encontrar esos personajes y vivir con ellos, es mi vocación.
Finaliza la trilogía con el libro que presenta, Equilibrio.
Eso es, una trilogía que empieza con Hermandad, sigue con Rituales, y termina con Equilibrio, que acabamos de publicar, justo a tiempo para Halloween, porque precisamente Equilibrio se ambientó también en la noche de Halloween, así que se han alineado todos los astros para que los libros lleguen en temporada de brujas.
¿Qué tiene que hace tan especial este género de fantasía urbana?
Es un género que, para mí, permite lo mejor de los dos mundos, puedes jugar con todas esas historias de mitos, leyendas, brujas, personajes con poderes mágicos que se enfrentan a sombras, fantasmas o demonios, lo que tú quieras como escritor trasladar al libro y, por otro lado, te permite hablar de temas muy actuales si alguno de tus personajes, por ejemplo, se queja porque le han subido mucho el alquiler, situaciones con la que cualquier persona se pude sentir identificada. Las protagonistas son tres amigas brujas, que resuelven cualquier situación como una chica de 20 años, profesional, de dudar cuál es tu lugar en el mundo o de amistad.
¿Piensa en algún lector concreto, como los jóvenes?
Al final, tenemos que categorizar los libros de alguna manera porque si no es así, ir a una librería sería una locura, pero, los gustos son libres. Es lógico que al tener las protagonistas 20 años, personas que están en esa edad se sientan muy identificas, pero eso no quita para que los puedan leer personas con 50 años, porque también han tenido 20 años. Siento que es lo que a cada uno le pueda apetecer leer en un momento, sin prejuicios con la edad o ciertos géneros. Esa es mi intención al escribirlos, que sea fiel a esa sensación de tener 20 años, pero eso no significa que esté dirigido sólo a ellos.
El lector está acostumbrado a que estas historias transcurran en Londres o Nueva York y usted lleva a sus protagonistas a Madrid?
Sí, precisamente de los vacíos que encontraba y que me motivaron a escribir es que siempre, como consumidora de historias fantásticas, estaba acostumbrada a que todo pasara en un país anglosajón o como mucho lo más cercano, Reino Unido. Notaba esa carencia y me pregunté si es que en España no pasaba nada y no habría problemas dentro de una comunidad mágica. Cuando nos encontramos personajes que salvan el mundo, parece que no podía ser una persona de España la que salvase el mundo con sus poderes. Era el vacío que notaba y quise llevarme eso que me gustaba tanto de las brujas y la magia a un entorno que conocía y que mucha gente pudiese identificar.
En la novela, precisamente, Sabele ha vuelto a Madrid.
Es difícil hablar de una tercera parte sin entrar a hacer espóiler, pero es ese momento en el que los personajes se van a enfrentar al final de este viaje de los dos libros anteriores y van a tener que decidir si dan el paso de luchar por lo que es correcto, creer en sí mismas y de confiar en ese poder.
Una trilogía, otra bilogía. ¿Cuál es el próximo reto?
Es complicado, porque siempre hay muchas cosas que una quiere hacer, que quieres probar como escritora. Entonces, está la puerta abierta a otro libro adulto como es Oscura es la noche y siempre me llama la atención ir un paso más allá y ver hasta donde puedes llegar, pero luego, muchas veces los libros de fantasía y juveniles son muy divertidos de escribir. Lo que me dejen, yo lo escribiré.