Ortega fue un rayo de luz en tarde oscurecida por el ganado

Pedro j. García
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El diestro sevillano, que brilló con el capote ante el astado de Toros de Cortés, cortó la única oreja del festejo al quinto

Juan Ortega torea al natural al quinto de la tarde. - Foto: Arturo Pérez

La tarde prometía, empezando por el buen ambiente, con más de tres cuartos en los tendidos, aunque con los rezagados de siempre que provocan que el festejo se inicie tarde. La temperatura era agradable y en el cartel estaban anunciados Alejandro Talavante, Juan Ortega y Tomás Rufo, prometedor cartel a priori, con astados de Victoriano del Río y Toros de Cortes, una de las casas ganaderas que más lidia. Esa luminosidad pronto tornó es una tarde que se oscureció, principalmente por el ganado, pero al menos asomó un rayo de luz en la figura del diestro sevillano, que brilló con el capote ante el segundo de la tarde y cortó la única oreja del festejo al quinto. Talavante, esa moneda al aire que es en Albacete, cayó cruz, muy aliviado y con poca entrega toda la tarde. Y Tomás Rufo supone mantener el interés en su primera faena, medida en el tiempo, pero estuvo desafortunado con los aceros, mientras que con el que cerró el festejo lo mejor que pudo hacer fue abreviar.

Todo lo que le faltó con el capote a Talavante en el primero de la tarde lo puso multiplicado por el número que ustedes quieran Juan Ortega al segundo del festejo. Meció las manos con tanta suavidad como se hace al mecer la cuna para dormir a un niño, dibujando ajustadas verónicas que parecían interminables por su lentitud y remató con media a cámara lenta. Fue la primera entrega, la segunda llegó en un quite por delantales, de pura torería, rematado con otra media de lujo. Con la muleta, a un toro que se defendió en el caballo y se dolió en banderillas, tuvo un prometedor inicio doblándose por abajo, hasta que el toro perdió las manos. Con la derecha dio una primera serie ceñido y con mucho temple, pero no hubo continuidad porque al toro cada vez le costaba más tomar la muleta y repetir, además de quedarse corto, con tanta nobleza como falta de fondo. Tras dos pinchazos dejó una estocada y fue ovacionado.

No mejoró el panorama ganadero con el quinto de la tarde, un toro que dobló en los lances de recibo y en el caballo, por lo que fue protestado. Comenzó la faena el sevillano con ayudados junto a tablas y remató la serie casi en los medios, para continuar toreando sobre el pitón derecho y confirmar la poca fuerza del toro al bajarle la mano. No se dio por vencido Ortega ante un astado protestón y con poca entrega, al que realizó una faena de mucho mimo, con detalles y buenos pasajes, sobre todo en el toreo al natural, consiguiendo mantener el interés en el público que, tras dejar media estocada, pidió la oreja y fue concedida por el usía. Triunfal fue la vuelta al ruedo del diestro que más brilló.

No demostró mucha disposición de salida Talavante cuando al primero de la tarde lo paró un subalterno y después él se limitó a pasarlo con el capote, sin llegar a estirarse ante un toro que echó la cara arriba en el caballo y que apretó en banderillas. La faena comenzó con buen aire, por alto, junto a tablas y varios muletazos por abajo antes de rematar con el de pecho. Las primeras series con la mano derecha, aliviado el torero, tuvieron poco fondo ante un toro que se quedaba corto y protestaba al final de cada muletazo. Cambió al pitón izquierdo y ahí las series de naturales tuvieron un tono ascendente, pero sin llegar a calar en los tendidos en una faena irregular, sin apreturas y que no rompió. Para finalizar, estuvo desacertado con los aceros y su labor fue silenciada.

Poco prometedor fue el cuarto, que ya comenzó quedándose corto en el capote de Talavante, con lances a la verónica y, aunque empujó en el caballo, en banderillas esperó. El inicio de faena, con una conjuntada serie de ayudados por alto, un pase cambió y varios naturales fue un espejismo, porque la cruda realidad fue bien distinta. El toro se quedó corto por ambos pitones en la muleta de un Talavante, aliviado y con pocas ganas de pelea, por lo que decidió abreviar, ante la protesta generalizada del respetable, y, tras un pinchazo, dejó una estocada delantera que fue suficiente para acabar con el de Victoriano del Río.

Un gran subalterno. Tomás Rufo recibió con buenos lances a la verónica, hasta que fue desarmado, a un toro que en el caballo empujó hasta que derribó y que en banderillas apretó, con un gran par de Fernando Sánchez, que se desmonteró junto a su compañero Andrés Revuelta. Con la muleta, tras brindar al público, calentó rápidamente a los tendidos, clavado de hinojos, ligando varios muletazos que remató con un circular interminable. Ya puesto en pie, por el pitón derecho la embestida era corta y le dejó la muleta en la cara para ligar la serie. La faena mantuvo la intensidad en el toreo al natural, con templados muletazos a un toro distraído y con poca entrega, pero el torero supo dar los tiempos precisos en una faena medida que remató con gusto por abajo. Todo lo emborronó con la espada, ya que hizo guardia en su primera entrada y tras un descabaello dejó otra estocada caída que fue suficiente para acabar con su enemigo. El diestro fue ovacionado.

El sexto siguió la senda de sus hermanos en los primeros tercios, donde lo más destacado fue otro par de banderillas de Fernando Sánchez, que saludó. Con la muleta, lo intentó por ambos pitones Rufo, pero el toro se quedaba corto, sin entrega y cada vez más parado, por lo que el diestro toledano decidió abreviar porque poco podía sacar en claro. Dejó una estocada desprendida que fue suficiente para que el toro doblase y se pusiese fin a una descastada tarde.

FICHA:

Ganadería. Se lidiaron cinco toros de Victoriano del Río y uno de Toros de Cortés, segundo, bien presentados, descastados.

Alejandro Talavante. Berenjena y oro. Silencio y silencio.

Juan Ortega. Verde hoja y oro. Ovación y una oreja

Tomás Rufo. Azul marino y oro. Ovación y silencio.

Incidencias.Más de tres cuartos de entrada en tarde agradable.

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