Comienza una temporada de caza marcada por la sobrepoblación

J.M.BELDAD
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Se abre la veda para las especies de caza menor como mamíferos, aves no migratorias, aves migratorias no acuáticas; y especies de caza mayor como el ciervo, gamo, muflón y jabalí

Comienza una temporada de caza marcada por la sobrepoblación - Foto: Rueda Villaverde

Ya está abierta la veda para las especies de caza menor como mamíferos, aves no migratorias, aves migratorias no acuáticas; y especies de caza mayor como el ciervo, gamo, muflón y jabalí. El 15 de octubre se abrirá para aves migratorias acuáticas en caza menor y para la cabra montés en caza mayor. Comienza así la temporada hábil de caza menor y caza mayor en Castilla-La Mancha. La consejería de Desarrollo Sostenible de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, en una nota de prensa, subraya la importancia de esta actividad para el equilibrio ecológico y la protección de los cultivos agrícolas. «Una adecuada gestión de la caza ayuda a mantener una buena biodiversidad y contribuye de manera decisiva a la salud de nuestro entorno», señala José Almodóvar, viceconsejero de Medio Ambiente. Según Almodóvar, uno de los principales objetivos de la temporada es reducir las poblaciones de especies que causan daños en los cultivos, como el conejo en la denominada «comarca de emergencia cinegética por daños», como así se hizo por daños de conejo de monte en varios términos municipales de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo, así como controlar la sobrepoblación de ciervos, gamos y cabras montesas en zonas específicas de Cuenca y Guadalajara.

Luis Fernando Villanueva, presidente de la Asociación de Propietarios Rurales para la Gestión Cinegética y Conservación del Medio Ambiente (Aproca), muestra su optimismo ante la temporada. «Las condiciones climáticas han sido muy favorables para las especies de caza mayor y menor, lo que augura una buena temporada, especialmente para la perdiz, que ha tenido un excelente año de cría», expresa Villanueva. Sin embargo, destaca que, a pesar de las buenas perspectivas, la caza debe realizarse con prudencia para asegurar la preservación de las poblaciones para futuros años. Villanueva también subraya la necesidad de controlar las poblaciones de jabalí, una especie que ha colonizado extensas áreas de la región. El jabalí no sólo causa problemas en los cultivos, sino que también representa un riesgo en términos de sanidad animal. Para él, «es imprescindible reducir sus poblaciones para prevenir la llegada de enfermedades como la peste porcina africana», afirma. Por su parte, Agustín Rabadán, presidente de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha, recalca la expansión de las especies de caza mayor en todas las provincias de la región. «El jabalí está presente en todos los rincones de Castilla-La Mancha, y el corzo se está viendo en zonas donde antes no existía. Además, especies como el gamo, ciervo y muflón se han multiplicado incluso en provincias donde no solían habitar», comenta Rabadán. En cuanto a la caza menor, Rabadán destaca la recuperación de la liebre tras los estragos causados por la plaga de mixomatosis, y subraya que las poblaciones de conejo en ciertas zonas agrarias siguen siendo problemáticas. No obstante, advierte a los cazadores sobre la importancia de respetar los cupos y actuar con responsabilidad durante la temporada. Rabadán pide que se respete la normativa y «que se retrasen las aperturas en las zonas más calurosas y que se tomen las medidas necesarias para garantizar una caza segura y sostenible», asegura.

Con una temporada que se extenderá hasta el 8 de febrero para la caza menor y hasta el 21 de febrero de 2025 para la caza mayor, las autoridades y organizaciones del sector cinegético esperan que la actividad cinegética en Castilla-La Mancha contribuya al control de las poblaciones, al tiempo que se disfruta de una «tradición profundamente arraigada en el mundo rural de la región y con importancia social».