La gestión es la clave. «Un polígono bien gestionado, funciona y uno gestionado de cualquier manera, funciona peor», explica el presidente de Zincaman, la Asociación regional de Zonas Industriales de Castilla-La Mancha, Santos Prieto. Esta es una de las claves que trasladaron en unas jornadas celebradas hoy en Toledo de la mano de la Federación de Municipios y Provincias. Y es que la buena marcha de un polígono puede ayudar mucho a los municipios de la región, incluso en las zonas menos pobladas.
Prieto reconoce que el tamaño de los polígonos, y por extensión de los pueblos, influye mucho a la hora de su gestión. «Queremos formar personal técnico de los ayuntamientos para que sepa qué hay que hacer y lo pueda aplicar», explica, «muchos polígonos puede que no tengan la posibilidad de tener un gerente, pero sí una persona especializada». Explica que puede ser un funcionario, un técnico designado por un concejal:«Cualquier persona que tenga interés en promover la atracción de empresas dentro de su zona industrial».
En Castilla-La Mancha hay 260 polígonos repartidos en un centenar de municipios. Desde Zincaman reconocen que hay zonas más llenas y otras en las que cuesta atraer más a empresas, pero Prieto defiende que «todo es vendible». «Hay algunas zonas con exceso de energía y otras con carencia, o con exceso de agua y otras con carencia», expone. La clave está en saber dirigirse a las empresas que les pueda interesar un polígono concreto, porque a lo mejor hay fábricas que no necesitan mucha agua, pero les viene bien un polígono con suelo más barato o que esté cerca de determinada población.
«Si un polígono está bien gestionado, funciona»El presidente de la FEMP, José Julián Gregorio, explicó que se persigue que los polígonos «vayan creciendo en empleabilidad, formación y sostenibilidad, que sean zonas amables, atrayentes para las empresas».