Castilla-La Mancha es la comunidad líder en exportación de vino de España, tanto en cantidad como en facturación. En cantidad llegó a vender al extranjero 1,14 millones de toneladas el pasado año, que es más de la mitad de todo el país (en concreto el 53,15 por ciento). En facturación, ganó con esas ventas 706 millones de euros en 2022, sumando ya seis años consecutivos como la comunidad autónoma que más dinero saca vendiendo su vino en el extranjero. Ahora bien, esa facturación representa el 23,4 por ciento de la cifra total del país. Es decir, que Castilla-La Mancha tiene que vender mucha más cantidad que la mayoría de las regiones para poder ganar lo mismo.
La clave está en el precio, como refleja el informe sectorial sobre el vino que ha hecho este año la delegación del Instituto de Comercio Exterioren Castilla-La Mancha. La región es la segunda que más barato vende su vino. En 2022 fue por 620 euros la tonelada, solo por encima de Extremadura, que vendió por 540. Sin embargo, la media del país duplica estos precios, llegando a 1,4 millones de euros la tonelada. Y hay comunidades como Cataluña que venden por 2.860 euros la tonelada o La Rioja por 3.450. Es decir, que Castilla-La Mancha vende su vino cuatro veces más barato que Cataluña y cinco veces más barato que La Rioja.
En el 'Estudio sobre la Economía Internacional de Castilla-La Mancha' que sacó el ICEX en verano, dan la clave:el formato. «Como viene siendo habitual, el vino castellanomanchego presenta un precio bajo en los mercados internacionales debido al formato de venta en granel, que reduce el margen disponible respecto al embotellado», apuntan. Además eso lo hace más vulnerable a la «votalidad en el precio».
Si en 2022 Castilla-La Mancha facturó en sus exportaciones de vino por 706 millones, la venta de vino en recipientes menores de dos litros rozaba solo los 250 millones. Los espumosos estaban por los 25 millones.
El granel tiene mucha importancia.
El delegado del ICEXen la región, Pedro Antonio Morejón, explica que sí o sí Castilla-La Mancha tiene que seguir vendiendo parte a granel. «La producción es enorme, inmensa, es imposible embotellarlo todo», argumenta. Sabe que eso implica precios menores, «pero no es despreciable y da salida a una gran producción que si no, sería imposible de embotellar». Asegura que el mundo del granel está trabajando para consolidar una «excelente calidad» a buen precio.
Ahora bien, hay otras estrategias en juego. Morejón asegura que hay cada vez más bodegas que venden el vino embotellado, «que juegan con precios inferiores para niveles de calidad similares a otras denominaciones de origen de España y del mundo».
Otra estrategia es la de explorar nuevos productos para llegar a más sectores de población. «La juventud puede beber vinos rosados, con un punto de un punto de frizzante, todo eso que para el consumidor tradicional es un pecado, el consumidor joven lo valora».
Superando el bache.
Las exportaciones de vino de la región se están recuperando de un pequeño bache que sufrieron incluso un año antes de la pandemia. En 2019 se facturaron 654,8 millones, perdiendo un 7 por ciento respecto al año anterior. Y en 2020, ya con el coronavirus en danza, siguieron bajando un 3 por ciento, hasta los 650,4 millones.
En 2021 volvió a crecer un 10 por ciento y en 2022 un 3 por ciento, pero en ambos casos son incrementos muy lejanos a los de la media de la región, que anotaron un 24,8 por ciento en 2021 y un 13,5 por ciento en 2022, unas cifras espectaculares en las que mucho ha tenido que ver tanto el efecto rebote de recuperación de la pandemia como la subida de los precios en la economía internacional.
Morejón apunta que en los datos que hay contabilizados de 2023, hasta el mes de septiembre, el sector de las bebidas en la región ha aumentado sus exportaciones un 9 por ciento. Subraya que es una de las «excepciones», pues reconoce que este año las cifras de exportaciones en términos generales no están siendo buenas y de enero a septiembre llevan una caída del 3,1 por ciento.
Eso sí, la buena marcha de las exportaciones de bebidas no se deben especialmente al vino. Morejón aclara que aproximadamente un 60 por ciento del incremento viene de las bebidas espirituosas y los alcoholes. Luego estaría ya el impacto del vino y en tercer lugar de otras bebidas sin alcohol o de baja graduación. «El sector vitivinícola justamente está recuperando su posicionamiento y está abriendo su posicionamiento en alcoholes, aparte de nuevos productos que están teniendo éxito», comenta.
Francia es el principal destino.
Por países, Francia es el principal destino de las exportaciones de vino de Castilla-La Mancha. En 2022 se facturaron 150 millones en el país vecino, con un incremento del 14,5 por ciento. Le sigue Alemania, con 136 millones y un incremento más moderado del 2,2 por ciento y Portugal, con 57 millones y una subida del 84 por ciento. Italia es el cuarto destino de las exportaciones, con 51 millones facturados el pasado año, aunque con una bajada notable del 27,4 por ciento. Reino Unido, pese al Brexit, sigue siendo un mercado de referencia para el vino. Para Castilla-La Mancha es su quinto destino más importante, con 35 millones de facturación en 2022, aunque lastrando una caída del 14,6 por ciento respecto al año anterior.
Llama la atención que entre los diez principales mercados del vino regional hay destinos lejanos, como China, en el sexto lugar con 27 millones, Japón en el octavo con 23 millones y Estados Unidos en el noveno, con 14 millones. Y no deja de ser llamativo ver que sigue habiendo exportaciones a Rusia, pese a las complicaciones de la guerra de Ucrania, logrando una facturación de 5,5 millones en 2022, con una subida del 78,5 por ciento respecto al año anterior.
Ciudad Real acapara la mitad de las ventas al extranjero
Por provincias destaca Ciudad Real con creces, que acaparó el año pasado más de la mitad de la facturación, con 381 millones. Le sigue Albacete con 128,8 millones, Toledo con 118,1 millones, Cuenca con 76,5 millones y Guadalajara, con 1,2. En cuanto al precio por tonelada, la provincia que vendió más caro fue Guadalajara, con 7.800 euros la tonelada. Después estaría Cuenca con 710 euros, Ciudad Real con 660 y Albacete con 620. Toledo sería la más barata, con 480.
También hay diferencias en el 'formato' del vino que venden. Por ejemplo, en Ciudad Real y Cuenca está bastante equilibrada la facturación que se hace tanto de vinos que se venden en recipientes de más de dos litros (a granel)y los de menos de dos litros. En Toledo y Albacete, en cambio predominan las ventas en recipientes de más de dos litros.
Ahora bien, si se habla de importación, cambian las tornas. La provincia que más vino compra al extranjero es Toledo, con 52,6 millones euros el pasado año. Le sigue Ciudad Real, con 9,2 millones, Albacete con 3,9 y Guadalajara con 800.000 euros.