El Centro Cultural La Asunción acoge, hasta el 28 de marzo, una de las exposiciones más singulares de la temporada, Alteraciones patafísicas, de Avendaño, con óleos, esculturas, acuarelas y digitografías del artista albacetense. Una muestra que tuvo que aplazarse, en noviembre por la DANA y que ya se puede visitar en este espacio. Ricardo Avendaño comentó a La Tribuna de Albacete algunas singularidades de esta propuesta.
Después de problemas, por fin pudo inaugurarse la muestra en La Asunción.
Realmente fue así. La última exposición que hice fue antes de la pandemia, en el espacio de Popular Libros, una muestra pequeña, pero gustó también mucho y luego vino el aplazamiento por la DANA en noviembre. Hombre, yo entendí perfectamente lo que pasó por la DANA, que se atrasase, porque fue un momento de gran sensibilidad a nivel popular y la exposición, en esa situación no era lo más indicado, pero bueno yo creo que ha merecido la pena esperar, por el resultado. Si cabe, lo hemos madurado más y aquí está.
¿Cambió muchas obras desde noviembre?
No, para nada, lo que he hecho es añadir. Lo que he pintado desde noviembre está aquí, pero no he quitado ninguna obra que ya estuviese en noviembre.
¿Qué son estas Alteraciones patafísicas, como se llama la exposición?
Para muchos, la patafísica es una pseudociencia o una anticiencia, pero en realidad es un movimiento artístico, que es previo al surrealismo. Alfred Jarry es ya un patáfisico, luego viene el surrealismo, lo que pasa es que el colegio de patafísicos de París se funda en el año 1947, creo recordar, y el surrealismo fue antes, pero en realidad, las bases del surrealismo ya están en la patafísica. Digamos que la patafísica es la ciencia de las soluciones imaginarias, la ciencia de lo particular y estudia las leyes que rigen las excepciones, aquel universo suplementario al nuestro, que viene a ser el universo del arte.
¿Cómo se lleva todo eso a la pintura?
Mis bases están en el surrealismo, pero como una actitud vital. Vivir con esas soluciones imaginarias a las que nadie le da importancia en la vida cotidiana y son fundamentales, son las cosas que más valen.
¿Qué presentó en La Asunción después de los cambios de los que habló?
A la Asunción he traído una obra muy ecléctica, como soy yo mismo, porque me parece que el eclecticismo es una parte importante de mí. Entiendo que hay pintores que llevan una historia repetitiva, por la serie de condicionamientos que tiene cada uno, pero si yo me aburro de un estilo, empiezo a investigar en otra cosa, a nivel de materiales y formatos.
¿Una obra que puede ser figurativa en algunos casos?
Claro, el retrato de Albino Escribano es absolutamente figurativo, con una complejidad tremenda, porque el fondo es abstracto. Es un cuadro que está hecho con veladuras, con un fondo que es expresionismo abstracto. En otros caso, como se pueden ver en las acuarelas, es abstracción pura, con un toque pop, como se puede ver también en Sauvages o en Muerte por banderas. Me gusta el pop, el surrealismo, la abstracción o el arte figurativo. Va en función de la obra.
¿Fue muy difícil la selección de la obra?
No, lo tenía muy claro. He traído lo mejor, incluso algunas de las últimas obras, como El atentado. Arriba, las acuarelas abstractas o una serie contra la violencia de género, de 18 digitografías. Es una obra que hice en Berlín.
Incorpora escultura.
Claro, las esculturas son todas ready mades, como hacía Marcel Ducharnp, que fue el descubridor. Todo lo que se ve en el centro, son objetos encontrados, elaborados.
¿Por qué?
Yo paseo todas las mañanas por la playa, por Altea, y a veces recojo lo que deja la gente, muchas cosas, como una silla de hierro de principios del siglo XX, que encontré en la basura, que transformé en El pensamiento no puede tomar asiento.
¿Estamos ante una de sus mejores muestras?
Me encanta, creo que sí es de las mejores y ya llevo unas cuantas. El espacio es maravilloso, este espacio remodelado por la Diputación es ideal para exponer y también haré algunas visitas, la primera con la Escuela de Arte.