Detalles muy toreros en las cuadrillas

Pedro Belmonte
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Ayer se pudieron ver detalles que enaltecen la tauromaquia, honrados y humildes, sin querer quitar protagonismo

Andrés Revuelta deja un apurado par de banderillas al tercero de la tarde. - Foto: Alcolea

Hay que resaltar un detalle muy torero que no se si se daría cuenta mucha gente, pero al que suscribe le llenó de orgullo por tratarse de un acto leal, ofreciendo al triunfador lo que es suyo, sin querer apropiarse de un ápice de protagonismo. Lo explicaré. Ocurrió en el quinto y se repitió en el sexto, tras un excelente tercio de banderillas, en el quinto protagonizado por los banderilleros Morenito de Arles y el tercero de la cuadrilla José Manuel Peña. Tras dos excelentes pares de banderillas de Morenito, el público le dedicó una gran ovación al banderillero mientras el tercero, puso su par con mucho pundonor, aunque sin la vistosidad y autoridad del de Arles. Una vez que el matador Emilio de Justo le indicó a su banderillero que podía saludar pues la ovación no paraba, Morenito invitó a Peña a saludar con él, algo habitual en esto, pero Peña le dijo que no, que esa ovación era para él. Igual ocurrió en el sexto toro, que fue banderilleado fantásticamente por Sergio Blasco y algo raro, se le cayó una banderilla del par de Fernando Sánchez, lo que no es habitual por su maestría con los garapullos. Blasco invitó a Sánchez a compartir la ovación y este último no quiso quitarle ni un ápice de importancia al autor de dos soberbios pares. Estos detalles, engrandecen el mundo del toro, porque a quien no le apetece saludar, cuando además, en este caso los terceros habían estado bien, aunque no con la excelencia de sus compañeros, pero esa humildad es uno de los valores que hacen grande este mundo, aunque algunos ignorantes lo tachen de violento.

Ayer, la corrida de toros tuvo sus momentos. No fueron difíciles de pcar, pues la mayoría se dormían en el peto dejándose dar, sin apenas empujar tras el encuentro con el peto, a excepción del sexto, que de puro manso le buscó con genio los pechos al caballo y quiso tirarlo al suelo, pero el aguante y poder de Manuel Jesús Ruiz, por si alguien no lo sabe, hermano del matador Espartaco, impidió la costalada de la montura con el peligro que puede llevar. Todos los picadores cogieron bien y a la primera a sus toros, alguno de ellos algo trasero, pero siempre medido, porque hay que ser claro, a la corrida, en la que salieron algunos toros buenos, se le dio muy poco en el caballo y el monopuyazo fue la tónica general, como todas las tardes, acabando a este paso con el tercio de quites.

Las lidias destacaron por su suavidad y brevedad, dando los capotazos justos, destacando la de José Francisco Chacón en el primero al que se le ovacionó en varias fases, con un final excelente al llevarse a una mano con la punta del capote al burladero.

En banderillas, además de los que hemos nombrado, hay que destacar el par de Fernando Sánchez en el tercero de la tarde y dos grandes pres de Chacón en el cuarto, un banderillero muy completo con capa y palos.

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