Ana González Serrano, Alistavanna, presenta hoy en Popular Libros de calle Octavio Cuartero, 17 de la capital, su novela El silencio de Hécate. La autora conversará con Rocío Minaya y participará María Dolores García Rozalén y las colectivas Manflorite, Embarriadas y Torre Púrpura Albacete. La escritora también presentará la obra el sábado, a las 19 horas en el Cine Teatro Sanchiz de Tarazona de la Mancha.
¿Por qué eligió como seudónimo Alistavanna?
El seudónimo, Alistavanna viene, por un lado en verdad porque no quería un nombre al uso, Ana González Serrano, porque no cuento la historia de mi vida, como ha pasado, por ejemplo, con mis poemarios o la novela sobre el acoso escolar. En este caso quería tomar distancia con respecto a las historias que cuento de otras mujeres. Se me ocurrió empezar a escribir con un seudónimo para que la gente no identificase directamente la novela conmigo, sino que fuese un nombre neutral. Alistavanna viene porque registré este seudónimo cuando me hice miembro de la Sociedad Tolkien Española y, utilizando uno de los lenguajes que inventó, tome dos partes, Ista y Vanna, que significa como sabiduría de los bosques, entonces estaba en relación tanto con la diosa Hécate, como con el lugar donde más segura me siento, en la naturaleza y ese ámbito más recogido, como fuera de la sociedad. Escribir cosas que son una crítica social, porque hablo de diversos temas que tocan a las mujeres, pero desde fuera.
¿Cómo es esto?
Me refiero a temas intrínsecos en nosotras como mujeres, que tenemos que vivir en el día a día, como por ejemplo el sentimiento de culpa, de carga del hogar, de todo el esfuerzo que no supone, de más demostrar que tenemos las mismas capacidades que los hombres, pero desde un punto de vista en el que yo no hago un juicio de valor, sino que dejo a cada persona que reflexione sobre las distintas vidas de las distintas mujeres que aparecen.
¿Por qué cambió de poesía a novela?
Realmente es una novela muy diferente a las que hay actualmente, porque están reunidos, por una parte poemas, por otra la novela, y por otro lado el relato. El nexo es Hécate, una diosa encarcelada en un limbo, entre el mundo real y ficticio y tiene visiones, que son poesías que le llegan. Esas visiones son historias de las mujeres que están pidiendo auxilio, esperando que una diosa como ella, la diosa de la feminidad, les ayude. Por eso uno las tres partes.
¿Qué nos puede adelantar de la historia?
En cuando a la historia que cuento de la diosa, se ve cómo se desarrolla al estar encarcelada y cómo puede hacer para salir de ahí y se une con la historia de otra mujer actual que investiga sobre todo el tema esotérico, con algo que le lleva a hacer un viaje. En ese viaje empieza a notar cosas que la relacionan con Hécate y que se descubrirán al final de la novela.
¿Por qué esta historia?
Porque creo que es necesario, por un lado, reflejar las historias de las mujeres de hoy en día, pero sin olvidarnos de que historias sobre las mujeres se llevan escribiendo desde hace mucho tiempo. Hécate es una diosa griega que podría venir de una diosa egipcia y ha ido evolucionando siempre relacionada con temas de mujer. Es una divinidad asociada a las mujeres, a la feminidad, a las curanderas y también a la naturaleza, a los bosques. A través de la imagen de una diosa de mujeres, que siempre se ha relegado a un segundo plano, pese a estar en la teogonía junto con todos los dioses del Olimpo, siempre se le ha dado un segundo plano a la mujer, casualmente a la diosa que ayuda a las mujeres, se puede reflejar la realidad que vivimos hoy en día, porque aunque estemos luchando por la igualdad, nos queda mucho por conseguir.
¿Queda mucho camino?
Sí, aunque estamos en el camino que haya mujeres, por ejemplo, en los premios Nobel, la mayoría se les ha dado a hombres.
Qué sensaciones tiene sobre la novela?
El silencio de Hécate es una novela que impacta, es cortita, de unas 140 páginas, pero que difícilmente puedes leer de golpe, porque aparecen historias que merece la pena reflexionarlas. Aunque es una novela escrita por una mujer, la pueden leer tanto mujeres como hombres y funciona un poco como novela educativa, porque invita a la reflexión, en cuanto a distintos conceptos. Es la forma de concienciar a la gente, ver las historias desde el punto de vista de cómo las viven ciertas mujeres, para poder cambiar como sociedad y mejorar.