La reaparición del rey emérito en el Real Club Náutico de Sanxenxo (Pontevedra), en la que ha sido su primera parada en España tras 21 meses sin pisar suelo español, ha provocado este viernes una catarata de reacciones políticas entre los que apoyan y los que no su regreso.
La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, ha evitado hablar sobre su vuelta, pero sí ha querido dejar claro, una vez más, que "el Gobierno es respetuoso con sus decisiones personales", mientras que las ministras de Justicia y Transportes han opinado que debería dar explicaciones de todo lo ocurrido. Pilar Llop, titular de Justicia, ha asegurado que "a la ciudadanía le gustaría recibir explicaciones de todo lo que ha pasado", mientras que Raquel Sánchez, ministra de Transportes, ha dicho que tener conocimiento de los hechos por los que fue investigado "contribuiría a dar esa imagen de transparencia" que está impulsando el rey Felipe VI.
Por su parte, Alberto Garzón, ministro de Consumo, ha afirmado que "ha malogrado todo lo que ha podido hacer en un momento de su vida, sirviéndose de las instituciones del España para ser un delincuente (...) Al menos podría mostrar un poco de empatía o un poco de decencia pidiendo perdón como hizo en otros casos anteriores".
Una de las más críticas con don Juan Carlos en esta segunda jornada ha sido la ex vicepresidenta primera del Gobierno Carmen Calvo, quien ha tirado de la ironía para referirse a este asunto: "Hoy suben las temperaturas en todo el país, gran bochorno en Sanxenxo".
En apoyo al rey emérito han salido el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que ha afirmado que "cualquiera que analice la historia de nuestro país comprobará que el rey emérito fue crucial para que exista la Constitución y la democracia. Los nacionalistas y los independentistas también tienen que cumplir la Constitución, también los separatistas", y el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, que ha recordado la libertad del rey emérito para estar en España y que su figura fue crucial en la historia del país y destacar el apoyo popular que suscita, mientras que al presidente del Gobierno y los líderes de Podemos les abuchean.
También el presidente de Castilla y León, el socialista Emiliano García-Page, ha pedido que se evite el "ensañamiento" con don Juan Carlos tras subrayar que no va "a seguir el juego de los que aprovechan esto para atacar a la institución".
Por otro lado, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha deseado "lo mejor" al rey emérito y, al ser preguntada por su vuelta a España, ha apuntado: "Son tiempos de Felipe VI".
Pablo Echenique, portavoz de Podemos en el Congreso, ha respondido que "supongo que toda esa gente que hoy está indignada porque Juan Carlos haya venido a restregarnos su impunidad por la cara sin ningún tipo de decencia ni pudor luego no votará a partidos que blanquean a la monarquía y tumban las comisiones de investigación en el Congreso, ¿no?".
Oriol Junqueras, presidente de ERC, ha insistido en que "el Estado español permite que un rey corrupto entre y salga con total impunidad. Mientras tanto, cualquier que cuestione su régimen es señalado, perseguido, enchironado o forzado al exilio. Es una vergüenza democrática. Por eso somos, y hemos sido siempre, republicanos".
El BNG, por su parte, ha registrado una solicitud de comparecencia de los ministros del Interior y de Presidencia para que aclaren algunos aspectos de la vuelta de don Juan Carlos, en concreto si la consideran adecuada a pesar de no haber dado explicaciones y sobre el dinero que cuesta su estancia al erario público.