Castilla-La Mancha tendrá un Plan de Acción Integral en materia de Salud Mental, cuyo objetivo será fomentar el bienestar mental, prevenir los trastornos mentales, promocionar la atención a quienes los padecen, mejorar su recuperación, así como reducir la mortalidad, morbilidad y discapacidad de los pacientes. Asimismo, también abordará las problemáticas a las que se enfrentan familiares y cuidadores.
Un Plan a desarrollar a lo largo de la legislatura, y cuyos detalles avanzaba ayer el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, momentos antes de participar en el acto organizado en Toledo por la Federación de Salud Mental de Castilla-La Mancha (antes Feafes CLM) para celebrar el Día Mundial de la Salud Mental.
Una celebración para la que este año se ha elegido el lema ‘Ponte en mi lugar. Conecta conmigo’, con el que se sigue llamando la atención sobre la barrera que supone el estigma que sufren quienes padecen una enfermedad mental.
Un acto en el que Fernández Sanz puso de manifiesto el carácter «prioritario» que tiene la salud mental para el Gobierno de Castilla-La Mancha. Una enfermedad que desde la Organización Mundial de la Salud se ha declarado como «la más importante» en el plano de recuperación de la salud y lo que supone de cronicidad para cuidadores y familias, y que desde el Foro Económico también se ha señalado como las enfermedades «que más afectan a los fondos económicos en materia sanitaria», no ya sólo por lo que en sí misma tiene la enfermedad, sino «por todo lo que tiene alrededor», desde a la no incorporación a la vida laboral, como las dificultades para la reinserción.
Por ello, y dada la prioridad que representa para el Ejecutivo regional la salud mental, así como el cuidado de los pacientes y familiares, se desarrollará ese Plan de Acción Integral, que se articulará en torno a tres pilares fundamentales. El primero de ellos, explicaba el consejero, estará dedicado al paciente, y abordará todo aquello relacionado con su tratamiento, internamiento y reinserción.
El segundo pilar estará dedicado a las familias y sus cuidadores, «para que aprendan desde la base», y a través de las escuelas de pacientes, «cómo tratar a estos pacientes». Un tercer pilar será el dedicado a la «reincorporación a la vida laboral o activa de los pacientes», explicaba Fernández Sanz.
Aunar esfuerzos. Un abordaje integral en el cual se contará con todos los colectivos implicados, desde los pacientes a los familiares, pasando por los profesionales sanitarios, los cuidadores y también los responsables políticos, con el objetivo de ofrecer un enfoque multisectorial.
Un empeño para el que desde la Consejería de Sanidad se confía en una correcta coordinación institucional, que tienda a alcanzar una ratio adecuada de plazas residenciales en unidades de media y larga estancia, así como en centros de rehabilitación psicosocial.