Tener un trabajo que permita vivir con dignidad contribuye exponencialmente al empoderamiento y autonomía de la persona, reforzando su autoestima y reconocimiento social. Con esta filosofía, Cáritas Diocesana de Albacete ya ha acompañado en lo que va de año a más de 700 usuarios en situación de vulnerabilidad que han pasado por su programa de empleo, que abarca desde orientación hasta intermediación con las empresas y formación, con el fin de mejorar la empleabilidad de los participantes.
«Muchos de los usuarios están todavía en seguimiento. Y para cada uno de ellos se hace un itinerario totalmente a medida. Hay tantos como personas», resalta Valentina Venco, coordinadora del programa de Empleo de Cáritas Diocesana de Albacete e intermediadora.
Cofinanciado por el Fondo Social Europeo y el Gobierno regional, además de con fondos propios, el programa de Empleo es una de las principales líneas de acción de la organización. Durante 2023, pasaron por el servicio alrededor de 1.200 personas, de las cuales 120 accedieron a un puesto de trabajo estable aunque a este número hay que sumar los casos que consiguieron contratos temporales y los que se mueven de ciudad para trabajar, sobre todo extranjeros, que pasan a depender de otras sedes de Cáritas y no entran en esta estadística.
A pesar de que pasar por este servicio «no se traduce en todos los casos en una mejora inmediata de la inserción», Venco hace hincapié en que mayoritariamente ayuda a la «reactivación» de las personas, especialmente de las que llevan tiempo alejadas del mundo laboral por paro de larga duración o porque han estado de baja.
Pensando sobre todo en este perfil de usuarios se concibieron los talleres prelaborales, una de las novedades de este año en el programa de Empleo de Cáritas. «Están más enfocados a las habilidades sociales porque detectamos que hay personas que necesitan volver a coger una rutina, unos hábitos… También se les informa de los distintos servicios y recursos con los que cuenta Albacete en el plano laboral para que sepan cómo moverse», indica.
Dentro de este apartado de orientación también se incluyen distintas acciones individuales y grupales para guiar a los participantes. En estas últimas, se crean espacios de apoyo, se comparten dudas, inquietudes y experiencias, lo que ayuda y enriquece mucho a las personas.
En cuanto al servicio de intermediación, Cáritas hace «de puente» entre las empresas que buscan trabajadores y las personas que quieren acceder a un empleo. En función de las ofertas laborales que reciben y las demandas de los negocios, la organización social hace una preselección de posibles candidatos a cada puesto según los perfiles de los usuarios.
Además, la entidad también cuenta con una bolsa de empleo del hogar, un nicho importante de trabajo en nuestra sociedad. De hecho, Cáritas recibe cada mes una media de unas 16 ofertas laborales, seis de las cuales suelen ser de este sector. «La mayoría las conseguimos cubrir», cuenta Venco.
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